Hace varios años que el empresario José Sanchís, de Rebeca Sanver, dejó de producir en China. «Estudiando el coste de la producción, los aranceles, y los portes sólo resultaba rentable si se hacía una gran producción, por lo que decidí dejarlo».

El empresario reconoce que «las condiciones ya no son favorables para producir tan lejos», a la vez que reconoce que «el cliente quiere calzado producido en España y no en China. Por eso, la mayoría está regresando a fabricar aquí después de probar allí».