Natalia Francés es alumna del Colegio Fundación La Ribera, de Bañeres de Mariola, y forma parte del equipo de estudiantes que ha diseñado un prototipo de dron que hace las veces de perro lazarillo, para ayudar a moverse por la calle a personas invidentes. «El dron lleva un dispositivo que aporta información a la persona, que llevaría una pulsera, y recibiría información sobre posibles obstáculos», explicaba la joven ayer por la mañana en la Feria Aérea promovida por la Universidad Miguel Hernández (UMH), la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, y la empresa educativa El Caleidoscopio.

En el mismo campus de Elche de la UMH también se presentaron drones con el fin de promocionar el turismo de interior. Es el caso del proyecto en el que participaba Juan Valoro, del IES Pascual Carrión de Sax. «Apostamos por utilizar el dron para captar imágenes aéreas de nuestro entorno para promocionarlo turísticamente», apuntó el estudiante de Sax.

Paula Merz, del instituto de Pedreguer, explicó que su proyecto tenía como objetivo «vigilar el entorno natural de nuestra localidad, donde a veces resulta complicado llegar».

Otro proyecto presentado por estudiantes de Bañeres de Mariola y Alicante pretende ser de utilidad para la agricultura. Los jóvenes han planteado la posibilidad de utilizar drones para repartir semillas en las plantaciones, y ahorrar la mano de obra, y para, con una carcasa apropiada, utilizar estos dispositivos voladores para espantar las plagas de aves que pueden dañar las cosechas. El dron actuaría como si de un espantapájaros portátil se tratara. Estudiantes de Alicante también proponían utilizar los drones para que la policía pueda controlar el movimiento de personas en grandes acontecimientos como la romería de la Santa Faz.

Así hasta once proyectos diferentes fueron pasando ayer por el edificio Innova de la Universidad Miguel Hernández de Elche. Ricardo Domínguez, de El Caleidoscopio, destacó que «partimos de algo novedoso, que es que los jóvenes imaginen cuáles pueden ser la bondades de los drones de cara al futuro, ya que la normativa actual limita su uso». Y es que tecnología, creatividad y sociedad son los tres pilares sobre los que se asienta este proyecto educativo cuyo objetivo es que jóvenes de entre 12 y 18 años aprendan a construir drones con fines educativos y de desarrollo social.

No obstante, los proyectos realizados por los alumnos, aunque versan sobre problemáticas reales de sus respectivos municipios, no son proyectos que se vayan a llevar a la práctica a corto plazo, son la primera piedra para que en un futuro tecnología y sociedad vayan de la mano.

Aunque ayer en la UMH solo se dieron cita un centenar de estudiantes, a lo largo del curso en el proyecto han participado más de 1.000 alumnos de 63 centros educativos y de más de 40 localidades de las provincias de Alicante, València y Murcia.

La Feria Aérea de la Universidad Miguel Hernández finalizó con una demostración de cada una de las propuestas, que fue seguida con mucha expectación por todos los estudiantes, que ahora podrán seguir perfeccionando sus proyectos para, entre todos, aspirar a un futuro mejor.