La Policía Nacional intervino la semana pasada 26.800 zapatillas en el marco de una operación contra las falsificaciones en una nave de un polígono de la ciudad. Los agentes también detuvieron a un joven de origen chino, de 25 años, que regentaba la nave donde se almacenaba el calzado. Se trataba de falsificaciones de las principales marcas deportivas, como Adidas o Converse. Los agentes estiman que el valor en el mercado de estos productos originales ronda el millón y medio de euros, por lo que el detenido está acusado de un grave delito contra la propiedad industrial.

Las investigaciones policiales partieron de la Comisaría de la Policía Nacional en València, tras detectarse un piso donde se estaban recibiendo y almacenando un importante número de zapatillas falsas, que posteriormente acababan en el top manta.

Los agentes establecieron en esta vivienda varias vigilancias que les llevaron a otro piso en la capital de la Comunidad, cercano a este otro punto que se utilizaba como almacenaje. Este último piso es el que usaban como punto de venta, y los agentes comprobaron cómo acudían al lugar numerosas personas que, tras adquirir la mercancía, la vendían de varias formas. Desde a clientes bajo pedido hasta en el top manta.

Las pesquisas también se centraron en el origen de los envíos a la casa utilizada como almacén. Las averiguaciones trasladaron a los agentes a una nave de un polígono de la ciudad, donde su propietario, un joven de origen chino de 25 años, vendía al por mayor.

Además de tratarse de un delito contra la propiedad intelectual, fuentes policiales apuntaron a que las zapatillas incautadas podrían incluso suponer un peligro para la salud de los clientes que las adquirían, ya que en su fabricación se habrían empleados materiales que podrían ser tóxicos, además de tratarse de piezas de muy mala calidad. Por otra parte, las pinturas empleadas en el calzado también contenía altos índices de plomo, según pudieron atestiguar los investigadores. Además, se usaba dimetilfumarato como absorbente de la humedad. Aun así, se trataba de réplicas muy reales.

De hecho, los agentes comprobaron cómo el revestimiento que sirve de adorno para imitar las líneas de diseño de las principales marcas deportivas podía ser arrancada simplemente con la uña, lo que da una idea de la calidad de las zapatillas deportivas.

El trabajo de investigación por parte de la Policía Nacional se ha desarrollado en los dos últimos meses. Los agentes detectaron en València el piso donde se almacenaban las zapatillas que posteriormente se ponían a la venta en marzo. Tras realizar todas las averiguaciones pertinentes, procedieron a la detención del joven chino en la nave de un polígono de la ciudad.

Se trata de una gran operación contra la falsificación del calzado, debido al gran volumen de zapatillas incautadas, cuyo valor en el mercado puede superar los 1,5 millones de euros, ya que el par supera con facilidad los 100 euros. En los últimos años este tipo de operaciones se han ido produciendo de manera regular, sobre todo en el polígono de Carrús. Allí, diversos empresarios de calzado, de los pocos que todavía quedan que mantienen la producción o que compran a fabricantes españoles, aplaudían este tipo de operaciones al tiempo que pedían que se intensifiquen. «No hay más que darse una vuelta por las naves de calzado para ver que falsificaciones e imitaciones son de lo más común. Hay quien no puede pagar el alto precio que piden las marcas y, por la mitad de precio o menos, en lugar de recurrir a otras alternativas de más calidad, deciden buscar falsificaciones, y hay muchas».