Que el Mercado Central está dentro de una medina islámica o que en las profundidades del edificio hay restos islámicos es algo bien conocido ya por los ilicitanos, tras las pinceladas que ofrecieron los arqueólogos encargados de las excavaciones cuando finalizaron los trabajos. Ahora, un nuevo informe detalla y ratifica que del subsuelo del inmueble se puede extraer información sobre la evolución del espacio durante diez siglos, al encontrar restos del primer asentamiento islámico de la ciudad de Elche. No obstante, los expertos también apuntan al deterioro de las estructuras.

El documento, elaborado por la empresa encargada de las catas del Mercado Central, Alebus, era hecho público ayer por la agrupación ilicitana en defensa del patrimonio. El informe ha sido remitido tanto al Ayuntamiento de Elche como a la Conselleria de Cultura, que debe dictaminar sobre la viabilidad de un proyecto que contempla la construcción en suelo público de un aparcamiento subterráneo que irremediablemente acabaría con las estructuras descubiertas.

Una vez conocida esa información más detallada que desvela de una forma más pormenorizada el patrimonio que hay en las profundidades del edificio, el colectivo insiste en la necesidad de que las calles perimetrales sean excavadas antes de que la Dirección General del Patrimonio Cultural se pronuncie sobre el proyecto. De hecho, la catas perimetrales aún están en el aire y no tienen fecha de comienzo.

A falta de un estudio exhaustivo, tal y como revela el Colectivo en Defensa del Patrimonio, los arqueólogos fechan ese asentamiento a mediados del siglo X, antes de que la población adquiriera la categoría de medina. A ese mismo asentamiento corresponden los enterramientos localizados en la esquina del Mercado próxima a la calle Victoria. Se trata de dos adultos, un hombre y una mujer, enterrados en posición de cúbito lateral derecho, con orientación a La Meca, según el rito islámico.

Es más, los arqueólogos apuntan en el estudio que, de haber más enterramientos de este tipo, deben estar situados al este de los exhumados. Asimismo, el informe señala que estos son los hallazgos de mayor antigüedad,pero también da cuenta de la recuperación de piezas de época emiral (siglo IX) y de fragmentos cerámicos de entre los siglos I y V dispersos sobre la tierra virgen o mezclados, junto al abundante material islámico que ha aparecido en las fosas y los silos de ese periodo. Mucho más reciente es el conjunto de elementos relacionados con un almacenamiento de agua que estaría relacionado con la fuente de la Alcoraya que existía en la plaza de la Fruita.

Ahora todo queda a expensas del dictamen de la Conselleria de Cultura sobre si esos hallazgos tienen valor como para salvarlos y musealizarlos o, por el contrario, carecen del interés suficiente como para construir un aparcamiento.