Un viaje en el tiempo para descubrir cómo se inició el sistema de regadío en el Camp d'Elx y entender los azarbes del Baix Segura, origen de los de la huerta ilicitana. La asociación cívica El Tempir organizó ayer una visita guiada al Pont dels Ortissos en su intento por recuperar y poner en valor el patrimonio cultural y medioambiental del sur valenciano, más aún cuando ambos se funden en el tiempo entre cañaverales, acequias y edificaciones a proteger. Para construir el futuro no hace falta destruir el pasado. Y menos olvidarlo.

Guiados por Carlos Martín, profesor de Ecología de la Universidad de Alicante, un total de 25 personas redescubrieron con su elocuencia «un patrimonio único en el mundo, muy desconocido y, por tanto, muy desprotegido». «La gente no sabe la maravilla que tiene», aseguró Martín a modo de introducción en la primera parada de una enriquecedora visita.

La caravana partió cerca de las diez de la mañana desde la estación de autobuses de Elche entre coches particulares, estacionando frente a la primera estación elevadora de Riegos de Levante. El corazón del sistema de riego del Parque Natural de El Hondo servía así de punto de partida del recorrido, que abarcó la zona del Pont dels Ortissos, y de la defensa a ultranza que se hizo del «aprovechamiento del agua en la única zona semiárida de Europa».

Para conocer El Hondo en profundidad hay que entender la importancia de esta primera estación de Riegos de Levante, que recoge toda el agua de la Vega Baja que fluye hacia la confluencia de los términos municipales de San Fulgencio y Elche. «El Hondo se creó para embalsar el agua que bombea esta estación y redistribuirla entre los regantes del Camp d'Elx a través de una segunda estación elevadora. Antes era un saladar», recordó Martín. Un paraje natural, pues, que no puede entenderse sin la red de obras hídricas que empezaron a acometerse hace más de un siglo y que hoy lo convierten en refugio de ejemplares en peligro de extinción como la cerceta pardilla y la malvasía cabeciblanca.

Una joya de piedra del S. XVIII

Dejada atrás esta primera estación de Riegos de Levante, la visita alcanzó la primera estación de Riegos del Progreso en su camino hacia el Pont dels Ortissos, puente de piedra que todavía se conserva en pie para cruzar uno de los numerosos azarbes que recogen el agua sobrante de los riegos y de las filtraciones. Un tesoro del siglo XVIII mandado a construir por el cardenal Belluga en el camino antiguo de San Fulgencio a Elche junto a otros seis puentes, siendo el único que pervive en el tiempo a la acción devastadora del hombre en nombre del progreso. Este encuentro entre defensores del patrimonio histórico siguió avanzando por los márgenes de azarbes y acequias que dan vida a la zona hasta llegar a la desembocadura del río Segura pasadas las 13 horas. Una visita del Tempir que contó con la colaboración de la Asociación para el Desarrollo Rural del Camp d'Elx.