Cuando uno hace lo que le gusta y le pone pasión puede llegar a donde se lo proponga. Esta máxima ha llevado a la médica anestesista ilicitana Patricia Guilabert a codearse con los mejores del mundo en la Universidad de Oxford. La ilicitana ha dirigido un trabajo de investigación en el Hospital Vall d'Hebrón, donde trabaja, que ha dado como resultado un artículo que ha sido catalogado como uno de los mejores del año 2016 que se han publicado en la British Journal of Anaesthesia, que edita la Universidad de Oxford.

Patricia Guilabert presentó el trabajo en la Universidad de Oxford el pasado mes de septiembre, y en él analizaba la reanimación del paciente quemado. Ya entonces fue seleccionado, cuando se publicó, como el artículo del editor, y se difundió en un apartado destacado destinado a la formación. Con Patricia Guilabert también colaboraron los anestesistas Gema Usua, Nuria Martín, Luis Abarca, Joan Pere Barret y María José Colomina. Todos ellos trabajan en el Hospital Vall d'Hebrón.

La ilicitana explica que «en el Hospital Vall d'Hebrón trabajo en la unidad de quemados, y el objetivo del trabajo era demostrar que podíamos seguir utilizando un suero sobre el que había saltado una alerta europea que lo desaconsejaba para el paciente crítico, indicando que podía resultar nocivo para el paciente».

El equipo dirigido por la antigua estudiante de Medicina de la Universidad Miguel Hernández de Elche se puso manos a la obra para tratar de demostrar que el uso del suero cuestionado no resultaba nocivo para el paciente catalogado como gran quemado, que es el que suelen tratar en su trabajo.

«Mi especialidad es anestesia, reanimación y terapia del dolor», apunta la doctora ilicitana, que explica que «a nosotros nos llegan los pacientes más graves, y es el anestesista el primero que lo valora para mantenerlo con vida hasta que se evalúan las necesidades concretas del paciente».

Patricia Guilabert insiste en que «el anestesista es el que vela por la seguridad del paciente cuando llega grave, y cuando se somete a una intervención quirúrgica, que siempre supone una agresión», por lo que se mostró contrariada al ver que el suero que estaban utilizando habitualmente con los pacientes con quemaduras podía por resultar nocivo para la salud.

«Nos sorprendió la alerta, porque nosotros no teníamos esa sensación, y decidimos realizar una revisión bibliográfica con la que detectamos que ningún estudio avalaba la alerta, en el sentido de que se refería a los pacientes críticos, y no lo a los pacientes con grandes quemaduras», explica la ilicitana.

El resultado del estudio propició la redacción del artículo que recogió la publicación de la Universidad de Oxford, y que ha acabado haciéndose un hueco entre los mejores de 2016.

Patricia Guilabert apunta que «la alerta sobre el suero estaba basada en el paciente crítico, que incluye el gran quemado, pero no se había examinado su efecto en el gran quemado».

La segunda fase del trabajo de investigación se está llevando a cabo actualmente, y se centra en realizar un estudio de los pacientes que fueron tratados con el suero cuestionado durante años anteriores. Los resultados parciales de este trabajo, que sigue en marcha, son que no se ha detectado un aumento de la mortalidad.