Dolores en la espalda y en las manos es lo que se llevan a casa los dos trabajadores de Urbaser, la contrata de limpieza de Elche, después de una jornada dedicada a retirar del suelo la cera de las velas de las procesiones de la última Semana Santa. Su tarea se nota y bastante en la calle. El contraste entre la parte limpia y la sucia salta a la vista. Y es que gracias a rasquetas y a agua hirviendo consiguen, poco a poco, erradicar este barniz extra que se va pisando y extendiendo y que puede provocar resbalones. Precisamente, para evitar estos percances y, sobre todo, para ofrecer un aspecto limpio, Urbaser dispone de este servicio como complemento a su limpieza habitual una vez terminadas las procesiones. La brigada suele tardar entre diez días y dos semanas en dejar casi como nuevas las calles peatonales. En las del tráfico rodado, ya se encargan los vehículos.