Tanto si rompen la distancia de aproximación, como si manipulan la pulsera o se queda sin batería, entre otras incidencias, los avisos llegan al Centro Cometa, encargado de los dispositivos. A partir de ahí, se moviliza a la Policía y se elabora un informe para los juzgados. Por estos motivos, el agresor puede volver a ser condenado por un delito de quebrantamiento de condena.