Un maltratador con pulsera hacía saltar las alarmas hace medio año en Elche maltratador pulsera Elche tras arrancarse el dispositivo que controlaba para alejarse de su exmujer por 15 años. La Policía Nacional y el Centro Cometa activaron todo el sistema de protección para que la víctima no sufriera ningún daño. Raros son los casos que se registran en la ciudad por estas infracciones, pero pueden ocurrir y el nivel de respuesta de los agentes de la Unidad de Atención a la Familia y la Mujer (UFAM) de la Comisaría ilicitana es inmediato.
El número de agresores que ahora mismo son vigilados en Elche con una pulsera de localización GPS localización GPSse acerca a la treintena, mientras que en enero del pasado año esa cifra se situaba en 17. En concreto, ahora mismo, la Comisaría ilicitana tiene registrados 28 presuntos agresores o maltratadores condenados por un juez con el dispositivo de localización GPS. En la mayoría de situaciones se trata de procesados que han quebrantado las órdenes de alejamiento hacia sus parejas por haber cometido antes un delito de violencia de género, que suele ser grave, con lo que los juzgados acaban imponiéndoles esta medida.
Y es que las transgresiones de condena o de medidas cautelares son unos de los asuntos que con más frecuencia llegan al partido judicial de Elche, después de los delitos de amenazas y las lesiones y los malos tratos leves. Concretamente, los juzgados ilicitanos registraron en 2016 un total de 293 casos de quebrantamientos, lo que acaba en penas de cárcel.
Este año, la Policía Nacional tiene contabilizadas en Elche alrededor de 670 víctimas de violencia de género protegidas, con diferentes niveles de riesgo, desde el bajo, hasta el extremo, cuando es entonces necesaria una vigilancia permanente, sobre todo, si el agresor está en paradero desconocido. En algunos casos, los agentes se transforman en custodios durante las 24 horas del día al tener conexión directa con las víctimas que lo necesitan. «Se convierten en sus personas de referencia por la cercanía y el vínculo o la confianza que establecen con los policías, a los que les llaman directamente en lugar de avisar al 112», apuntaron desde la comisaría ilicitana.
Mujeres que tienen desde los 15 años y que se encuentran en el instituto, hasta jubiladas que han vivido toda la vida junto a su agresor. El perfil de las víctimas que tienen órdenes de protección abarca una franja de edad muy amplia y cada vez aglutina a más jóvenes, según señalaron desde la Policía Nacional.
Una tendencia que va a más y que coincide, al mismo tiempo, con el repunte de quebrantamientos de las medidas de comunicación, que se han disparado en los últimos años con el uso de las redes sociales y los servicios de mensajería instantánea, como el Whatsapp.
Investigación y protección
La atención a las víctimas de violencia de género en la Comisaría comienza cuando una mujer interpone una denuncia y el equipo de investigación de la UFAM se hace cargo. Se trata de un servicio especializado que recaba los primeros datos para asistir a la afectada y realiza una valoración del riesgo al que está expuesta, así como a su entorno más cercano. Con la primera denuncia se le ofrece ya la posibilidad de pedir una orden de protección tanto para ella, como para sus hijos menores de edad.
Tras este primer contacto, entra en acción el equipo de protección, encargado de realizar un seguimiento constante a las víctimas. Como ejemplo de esa atención exhaustiva, los agentes controlan el movimiento de las perjudicadas a través del sistema nacional de Viogen, en el que registran si van a cambiar de población, con lo que automáticamente se les da aviso a la Policía Nacional de ese municipio para hacerse cargo de su control y protección.
