La empresa propietaria del hotel de Arenales del Sol, Princesol, debe subsanar hasta cinco «deficiencias» que los técnicos municipales han advertido en el papeleo remitido para poder llevar a cabo el derribo de la parte antigua de este inmueble, ubicado en primera línea de playa, en la avenida de San Bartolomé de Tirajana.

El concejal de Urbanismo de Elche, José Manuel Sánchez, concretó que la mercantil todavía está en plazo para realizar las correcciones necesarias y presentar la nueva documentación, a fin de obtener la oportuna licencia municipal de derribo.

El pasado 4 de abril los servicios técnicos del Ayuntamiento emitieron un informe en el que recogían las «deficiencias», a su juicio, existentes en la documentación aportada. La empresa recibió esta notificación el pasado 10 de abril y, a partir de esa fecha, Princesol tiene un plazo «ampliado» de 15 días para subsanarlas.

Estas cuestiones que cabe corregir son el hecho de que no consta un cuestionario de estadística de edificación y vivienda, conforme a la regulación legal; ni tampoco está acreditada la posesión, por parte del constructor, de una póliza de responsabilidad civil que cubra los posibles daños a bienes públicos y privados que pudieran ocasionarse con motivo la demolición, según siempre fuentes municipales. Asimismo, se agrega que no se ha garantizado el envío de los residuos peligrosos existentes en la obra a un gestor autorizado, ya que no consta forma, lugar, empresa, ni contrato de gestor de tales residuos.

Junto a ello, se ha dejado claro también a la propiedad del hotel que, en el caso «de materiales que supongan riesgo de exposición al amianto, deberá cumplirse con lo establecido por las disposiciones legales vigentes». Y es que el amianto continúa en el interior de los pilares que restan, un elemento muy peligroso y por lo cual una empresa especializada debe proceder a su retirada de acuerdo con un protocolo muy cuidadoso.

«Debido a los residuos peligrosos, tienen que designar un gestor autorizado, que no consta, e indicarnos qué empresa se va a encargar, y luego ésta será la que indique cómo va a dar el tratamiento a esos residuos», aclaró José Manuel Sánchez. Precisamente, en este punto, sobre el amianto, el concejal de Urbanismo subrayó: «Es peligroso si hay exposición a las fibras que se desprenden de la demolición y de su manipulación si no se hace por medio adecuados. El hotel lleva 40 años allí y el problema, como en otros muchos edificios, está si no se trata con la conveniente precaución», según puntualizó.

Por último, los técnicos municipales también han advertido que se incluye una partida de 57,60 metros cúbicos de relleno del socavón originado en la calle Maroma mediante materiales procedentes de esta demolición. El problema está en que el relleno de dichos materiales está explícitamente prohibido por la autorización de 20 de diciembre del Servicio Provincial de Costas por la cual se daba luz verde a la propiedad del hotel a, si así lo estimaba, a demoler la estructura antigua para evitar cualquier riesgo o problemas de seguridad a los peatones del entorno.

En el proyecto presentado por la mercantil tampoco se incluyen la definición de los materiales, niveles, ni acabados superficiales de la parcela que linda con la calle Maroma, según especifican los técnicos municipales.

Estas deficiencias, insiste el edil, tienen que ser corregidas para poder obtener la licencia de obra necesaria para derribar la parte vieja del hotel de Arenales.