Cerca de medio millar de perros y una veintena de gatos son recogidos cada año en la calles de Elche y acaban en las instalaciones de la Protectora de Animales y Plantas de Alicante, en el Camino Viejo de Elche, en Bacarot. El Ayuntamiento ilicitano depende de estas instalaciones de Alicante para que los animales abandonados o que campan a sus anchas por las pedanías y la ciudad se sientan, en cierta medida, algo menos desamparados.

La gran mayoría de los colectivos en defensa de los animales insisten en la necesidad, primero, de no abandonar en estaciones de servicio o caminos rurales a la que ha sido la mascota de casa, y menos aún en vacaciones. Y, si no hay otro remedio, se pide que al menos lo entreguen a colectivos proteccionistas para que les puedan buscar un nuevo hogar. En segundo lugar, también se reclama que, más que comprar en tiendas, se apueste por la adopción, ya que hay muchos que esperan dueño.