Una ingente multitud de ilicitanos fieles y devotos a las tradiciones se agolpó otro Viernes Santo en la céntrica Plaça de Baix para presenciar in situ el ritual de la «Trencá del Guió». Con el presagio de un buen año para la ciudad en juego, según marcan las creencias ancestrales, la trencaora Victoria Agulló no consiguió romper la bandera tal y como marca el protocolo de una ceremonia que hace única y diferente a cualquiera a la Semana Santa de Elche.

La «Trencá del Guió» 2017 se vio rodeada de un halo de confusión que se apoderó de los miles de ilicitanos congregados en la Plaça de Baix para conocer de primera mano el «destino» que le espera a la ciudad el próximo año.

Cuando Victoria Agulló daba los bandazos a la gran banderola negra, se escuchó un golpe en el suelo que despertó los aplausos de la inmensa mayoría de ciudadanos que acudieron fieles a la cita con la «Trencà del Guió». Simuló el sonido de la rotura del guión, pero lo que realmente se partió fue el la cruz que lo corona. La trencaora dejó el guión en el suelo y las dudas empezaron a apoderarse de la gente, que debatía en corrillos sobre si realmente se había roto el guión en los tres movimientos reglamentarios.

La realidad es que cuando la cabeza visible de la Tripleta depositó el palo en el suelo, éste estaba completo. Luego, cuando volvió a recibirlo y después de entregárselo al alcalde, Carlos González, el guión apareció partido. Desde la Junta Mayor, y nada más acabar el acto, se defendía que se había roto «al tercer viraje». « Se ha escuchado la madera y se ha visto como incluso la tela rompía su movimiento. Lo único que parece es que se ha roto un poco más arriba de lo habitual», señalaron desde el colectivo de cofradías y hermandades de la ciudad.

La ceremonia arrancó pasadas las 23.00 horas, después de que el paso del Santo Sepulcro se adentrara en la Plaça Baix envuelto en el silencio más absoluto para anunciar la llegada de la Virgen de los Dolores. Con el paso detenido en uno de los extremos de la plaza, la tripleta, compuesta por la propia Agulló, Iván López (Cofradía el Lavatorio) y María Teresa Ibarra (Hermandad del Santo Sepulcro), salía de la puerta del Ayuntamiento tras el alcalde Carlos González para comenzar con la tradición de la «Trencà del Guió».

Una vez realizados los saludos reglamentarios, y tras empuñar la enorme banderola negra, la emocionada trencaora cumplió con la tradición aunque sin conseguir romper la bandera en los tres intentos que marca el protocolo de este rito exclusivo de Elche y sus ciudadanos. Tras el acto, y con las dudas entre los asistentes de si se había roto o no el guión, la procesión general prosiguió hasta la basílica de Santa María, desde donde la Virgen de los Dolores regresaría a la parroquia de El Salvador.

Un rito que nació en la nobleza

Los orígenes de la «Trencà del Guió» datan de finales del siglo XVI y principios del siglo XVII, un período en el que los nobles portaban un guión durante las procesiones de Semana Santa para rendir vasallaje a la «Mare de Déu de les Bombes».