La mayoría de cosas que se saben, se dicen o se barajan sobre uno de los monumentos más importantes que se han encontrado de época ibérica, la Dama de Elche, no sobrepasan la barrera de la suposición. Datos como que formaba parte de una necrópolis, que fue escondida durante un invasión romana, según los expertos, son elucubraciones. Esta situación de desconocimiento tiene que ver con que, desde que unos labradores dieran con ella un 4 de agosto de 1897, nadie había clavado el pico y la pala en la zona en la que se encontró, con el fin de desenterrar los secretos que rodean al famoso busto ibérico.

Ayer, un grupo multidisciplinar de investigadores, liderado por el catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Alicante (UA) José Uroz, arrancó con una excavación que asume esta cita pendiente con la historia de Elche.

Este equipo, que ya ha perimetrado más de 2.500 metros cuadrados del sector 11 del yacimiento arqueológico de La Alcudia (el área del hallazgo), cuenta con primeros espadas en investigación de la Universidad de Alicante, acompañados de expertos de la Universidad Complutense de Madrid y de la Università di Napoli L'Orientale, con los que Uroz ya ha compartido varias aventuras en campañas arqueológicas en Pompeya. Ayer acompañaban al catedrático, en los primeros movimientos de tierra, el director de la Fundación Alcudia, Alejandro Ramos, que también forma parte del grupo, y el profesor en la Universidad de Murcia Héctor Uroz, especialista en Iconografía Ibérica. También se encontraban allí una veintena de estudiantes de la UA y los cuatro peones que ha subvencionado el Ayuntamiento de Elche.

Se trata de la tercera y última excavación que, a través de un programa de ayudas, ha promovido el Vicerrectorado de Investigación de la UA y, en un principio, durará dos meses, aunque el equipo espera continuar en futuras campañas, dada la magnitud y la expectación que dicen que genera entre los ilicitanos. De hecho, les gustaría contar con ayuda de la iniciativa privada. «Sabemos el ligazón emocional que tiene la gente tanto de esta ciudad como de Alicante con la Dama y que, si como sospechamos se trata de una necrópolis, podrían aparecer otros bustos parecidos. Pero ése no es nuestro principal objetivo. Queremos sobre todo contextualizar las esculturas, porque eso nos hablará de cómo era esa Ilici en época ibérica. Una etapa que, sin duda, fue crucial en este asentamiento», incide el profesor.

Tras una prospección geomagnética y una fotogrametría previa con un dron, han marcado los dos primeros cortes. Varios de los componentes bromean con que a José Uroz, en sus excavaciones, siempre le ha acompañado la suerte, ya que en 1987 encontró el Cabezo Lucero en una antigua necrópolis ibérica de Guardamar y dio con una especie de «Pompeya ibérica» en Lezuza (Albacete). «Opino que la suerte siempre va acompañada de trabajo», especifica Uroz, que anima a cualquier persona de Elche a participar en esta campaña. «Lo de invitar a gente colaborar en la excavación lo hicimos en Italia y funcionó. Al fin y al cabo, es parte de su historia», manifiesta.