El equipo de gobierno tiene previsto aprobar por pleno, posiblemente en dos o tres meses, la nueva ordenanza reguladora del Ejercicio de Actividades Económicas en Elche, que también, entre otros muchos asuntos, redefinirá la organización de las terrazas de restaurantes, bares, cafeterías, heladerías, panaderías y otros negocios que han visto en las mesas y sillas dispuestas en la calle una cierta salida para sortear la crisis.

La nueva normativa, a buen seguro, gustará a unos y enfadará a otros, pero, según se señala desde el Ejecutivo local, la intención inicial es que salga adelante con el mayor consenso posible.

Para ello, de cara al próximo mes de abril, está previsto que se convoque a un gran número de colectivos y representantes vecinales de la ciudad para empezar a debatir sobre el borrador de la futura normativa.

Críticas

El edil de Aperturas, Carlos Sánchez, calcula que en su negociado se han recibido casi una treintena de propuestas para añadir o modificar este borrador. Precisamente, este edil es el que estos días está capitalizando las críticas de algunos hosteleros del centro, de Plaça dels Algeps y también de la plaza de Castilla, porque se está instando a retirar estufas, paravientos o anclajes al suelo, entre otros elementos, que, a juicio de los técnicos de su Concejalía, no cumplen con la normativa vigente, aprobada por otra parte por el PP en 2013, según insisten desde el Ejecutivo local.

El concejal señala que hay que defender el cumplimiento de la legalidad, que no se está obligando a cerrar ningún establecimiento por este asunto y reitera que durante muchos meses han sido flexibles para que, poco a poco, los negocios con incumplimientos fueran regularizando su situación. Pero que había que poner un límite.

No obstante, un grupo de hosteleros, sobre todo de la Glorieta, continúan molestos porque consideran que las medidas, a medio plazo, les pueden abocar al cierre, sobre todo cuando llegue el invierno y no puedan colocar los paravientos laterales; o no tengan oportunidad de anclar al suelo algunos toldos; o no cuenten con permiso para tener estufas en la vía pública.

Algunos de estos pequeños empresarios, tras el decreto de hace dos semanas emitido desde la Concejalía de Aperturas, han acudido a ésta para conocer en detalle qué pueden y no pueden colocar en la calle.

En este punto, aseguran que las indicaciones en ocasiones son contradictorias en función de la notificación por escrito, al funcionario de la concejalía al que se le consulte o al agente de Policía Local que se haya personado en el local para hacer una inspección.

Así, por ejemplo, la propietaria de un establecimiento de la Glorieta asegura que en el Ayuntamiento le han llegado a comunicar que en esta zona los elementos instalados en la calle se van a unificar estéticamente. Es decir, según esta empresaria, le han llegado a trasladar que las terrazas de la Glorieta tendrán que instalar sombrillas, no toldos, y mesas y sillas prácticamente iguales, como ocurre en otras ciudades.

Superficie mínima

Por si fuera poco, entre los hosteleros de la zona centro también está corriendo la voz de que se va a llevar a rajatabla que, en función del número de metros cuadrados que tenga el interior del local, se podrá poner fuera un número proporcional de mesas y sillas. Esto, para al menos dos establecimientos de la Glorieta, se traduce en que no podrán dotarse de terraza, ya que dentro no cuentan con la superficie mínima.

Ante ambas cuestiones, el concejal de Aperturas quiso dejar claro que dichas iniciativas no provienen de su Concejalía, es decir, forman parte de esa casi treintena de propuestas para dar a luz la nueva ordenanza reguladora de Actividades Económicas.

«Cuando hablas con hosteleros, te comentan que miran con envidia la uniformidad estética que hay en otras ciudades, pero esto ha sido una propuesta de las que nos han llegado a Aperturas. Yo entiendo que a los que ya han hecho una inversión en este sentido hay que respetarle la inversión», señala Carlos Sánchez.

En cuanto a la otra iniciativa, la de que el número de sillas y mesas en la calle sea proporcional a la superficie interior, indica que también ha sido una propuesta de otro grupo de hosteleros.

El caso es que ambas ideas, al igual que el resto, se pondrán encima de la mesa y se sacarán a debate en una mesa específica el próximo mes. A su juicio, cerca de la mitad de las propuestas recibidas hasta la fecha son razonables, mientras que una docena pueden ser algo más polémicas.