Mujeres de Camerún, Senegal o Marruecos que ahora viven en Elche sienten la ciudad como «una de las más acogedoras de España». A pesar de las barreras sociales contra las que luchar para lograr una integración completa, como el simple hecho de ser mujeres y además inmigrantes y trabajadoras, varias de ellas opinan que la integración es mucho más fácil en Elche que en otras ciudades en las que han vivido previamente, desde grandes urbes a pueblos pequeños. De hecho, la mayoría se consideran ilicitanas.

Fatou Diop nació en Dakar, vivió allí hasta los 23 años, hasta que su marido tuvo que cruzar el estrecho de Gibraltar para trabajar en Barcelona. Diop siguió los pasos de su esposo en la ciudad condal y afirmó que le costó mucho entablar relaciones sociales más allá de las personas de su país de origen. La casualidad le hizo recaer en Elche un año después y la diferencia que vivió fue abismal. «Tengo una vecina que desde el primer día me trae dulces y me presentó a muchas amistades. Es algo que me ha ayudado a sentir que Elche es mi hogar», afirmó.

Fanta Fofana nació en Mali pero en 25 años ha vivido más tiempo en Elche que en su ciudad natal. Llegó cuando aún era niña y agradeció que sus compañeros de colegio y sus maestros le trataran como a una más desde el primer día. Su inseparable amiga del colegio, que llegó desde Camerún, también lo siente así y ahora trabaja en una ONG en la ciudad ayudando a que otras personas recién llegadas se sientan acogidas, como una más.