«Para mí, la peatonalización de la Corredora es irrenunciable». Así de claro se manifestaba ayer la edil de Movilidad Urbana del Ayuntamiento de Elche, Esther Díez, tras tener conocimiento de que un grupo de negocios del centro ha iniciado una campaña de recogida de firmas con el primer objetivo de presionar para revertir el cierre al tráfico de este vial los sábados, como viene ocurriendo desde el pasado mes de abril. La titular del área manifestaba que no tenía conocimiento de esta reivindicación y que nadie se había puesto en contacto, al menos con ella, para hacerle llegar este reivindicación o pedir una reunión sobre este asunto. No obstante, se mostró totalmente abierta a mantener encuentros en este sentido si así hiciera falta.

La edil indica que esta decisión se tomó también en la Mesa de Movilidad, que está formada por más de treinta representantes, entre ellos sindicatos, consejos de la ciudad y distintas asociaciones; así como en la Mesa de Dinamización Comercial del Centro Histórico. «En la última Mesa de Movilidad acordamos que íbamos a crear un grupo de trabajo específico para hacer una propuesta de la gestión de la movilidad en la zona centro, porque precisamente para lo que está la Mesa de Movilidad es para abordar grandes debates, no cuestiones muy concretas que corresponden más bien a los técnicos. A eso nos vamos a dedicar los próximos meses», indicaba la edil Esther Díez.

A su juicio, hay dos modelos de ciudad: uno que estaría basado en el coche y otro sustentando «en la salud de las personas, en el respeto del medio ambiente y en potenciar el espacio público».

Desde el equipo de gobierno se recuerda que no es nuevo que se generen estos debates cuando se propone cambiar las pautas de movilidad de las personas.

En este sentido la concejal recuerda que pasó, entre otras, en la calle Hospital en su momento, «y no creo que haya ninguna persona que ahora apostara por revertir esta situación para que vuelvan a pasar coches».

Según su valoración, «cambiar pautas de movilidad supone cambiar costumbres muy arraigadas. No tenemos que perder de vista el objetivo final, que es hacer de ésta una ciudad más amable, más limpia, más saludable y más verde».