Es posible que antes de lo que esperado en algunas terrazas de Elche podamos observar lo que se denomina semáforos acústicos, es decir, indicadores luminosos que informan sobre la intensidad del «jaleo» en la vía pública. Ésta es una de las numerosas novedades que, en paralelo, puede traer consigo la nueva ordenanza contra el ruido que está preparando el Ayuntamiento. Para empezar, la Concejalía de Aperturas ya ha puesto en marcha una consulta ciudadana en la web municipal para comenzar con los trámites de cara a esa nueva normativa contra la contaminación acústica.

«La realización de esta nueva ordenanza responde a la nueva norma de AENOR y a la sentencia que nos obligaba a cambiar dos de los artículos de la anterior ordenanza de 2013», expone el edil de Aperturas, Carlos Sánchez, quien agrega que cada mes reciben más de una quincena de peticiones para el control de ruido en establecimientos.

Esta consulta ciudadana, que consta de ocho preguntas, se mantendrá durante unos quince días. Luego vendrá la exposición pública del borrador y mesas de trabajo con los distintos sectores que pueden verse implicados en la ordenanza, desde vecinos hasta distintos sectores profesionales. Si todo marcha según lo previsto, la nueva normativa, que sustituiría a la de diciembre de 2013, podría pasar por pleno en mayo.

Asimismo, se quiere poner en marcha, por fin, el denominado Observatorio del Ruido, un órgano contemplado en la actual ordenanza de 2013 y que nunca se ha podido activar.

Entre la batería de medidas que se añaden a esta futura ordenanza también se incluye el deseo de crear una Oficina Virtual de Control Acústico, una web para recoger ideas y consideraciones.

Cursos de formación sobre el ruido para la Policía Local y técnicos municipales; contar con una asesoría externa al respecto; adquirir un nuevo sonómetro y un calibrador; o el hecho de que ya haya en quince locales (incluido un gimnasio) instalado un sistema de registro para conocer si se rebasan los límites acústicos son otros de los pasos que se han dado ya para avanzar en este problema.

Para Carlos Sánchez, más que medidas sancionadoras, lo que se quiere es poner el acento en la concienciación, y, sobre todo, contar con las aportaciones tanto de afectados como de establecimientos. Es más, el edil apunta que, cada vez más, en los locales de ocio tienen muy presente cuáles son los límites, pero que el problema se está trasladando más bien a las terrazas, de ahí que se va a aconsejar «sin forzar» poner esos semáforos acústicos, para que los clientes conozcan el nivel de ruidos que están generando.