Los clientes británicos han sido tradicionalmente uno de los pilares del sector inmobiliario, especialmente en el litoral alicantino. De ahí que los negocios inmobiliarios hayan tenido que recurrir a compradores de otros países de Europa tras los efectos que el «Brexit» ocasionó en la compra de casas por parte de los residentes internacionales del Reino Unido. «Vamos picando un poco de todos los países de Europa, así que realmente no se ha notado mucho. Inicialmente, cuando se aprobó, sí que se notó un descenso por el desconcierto, pero se ha ido recuperando en los últimos meses», apunta Francisco Gómez, presidente de la Confederación Empresarial de la Provincia de Alicante y del Grupo Marjal, una de las principales empresas del sector de la construcción de la provincia.

Es precisamente el mercado extranjero el que más interesa a constructoras e inmobiliarias, pues son estos clientes los que están tirando de la subida de ambos sectores, al concentrar la mayor parte de compra de obra nueva, habitualmente como segunda residencia, lugar de vacaciones o lugar donde pasar la jubilación. El «sol y playa» sigue siendo así uno de los principales reclamos a la hora de adquirir una vivienda en la provincia, por lo que mantener este tipo de compradores es vital para el sector.

Tras años de una caída prácticamente en picado, la construcción también recupera músculo y consigue captar cada vez más compradores. Algo que «también se nota en el empleo, pues es uno de los sectores que mayor empleo crea, al necesitar muchos trabajadores. En esta zona hay mucha gente que se dedica a la obra y que quedó sin empleo con la crisis» del ladrillo, por lo que el crecimiento de este tipo de empresas es una muy buena noticia para la creación de empleo.