La agrupación socialista de Elche parece que no conoce el descanso. Las aguas siguen revueltas, posiblemente mucho menos que en 2014, ya que la multifractura interna finalmente no se pudo o no se quiso curar bien del todo en su día. Y a pesar de que el PSOE se alzara con la Alcaldía de nuevo, además frente a su gran rival, el PP, y se firmara una aparente paz intestina, el malestar se ha vuelto a reavivar en los últimos meses.

El terremoto del partido a nivel federal, a raíz de que Pedro Sánchez fuera removido de su puesto de secretario general, también ha tenido sus réplicas a nivel local y se ha terminado por aprovechar para dar mayor fuerza al desencuentro interno que estaba más o menos adormilado.

Por un lado, el sector oficial, el del secretario general Carlos González, está por apoyar, al igual que Ximo Puig, a la andaluza Susana Díaz en el momento en que ésta decida dar el paso adelante para optar a la secretaría general del PSOE.

Por otro, el sector del exsecretario general y exalcalde, Alejandro Soler, no oculta para nada su apoyo a Pedro Sánchez ni que está trabajando para lograr el mayor número de adhesiones. En cuanto al otro aspirante, Patxi López, en el municipio ilicitano ni pincha ni corta, al menos de momento.

El caso es que tras las diferentes apuestas por caballos ganadores se encuentra en realidad el deseo de «cobrarse facturas atrasadas». Léase aquí que cuando el partido se volvió a unir y hacer borrón y cuenta nueva, en cierta medida, en torno al candidato ganador de las primarias para optar a la Alcadía, es decir, Carlos González, se prometieron cosas o se aseguraron hechos para las distintas sensibilidades del partido que, para algunos, no se han cumplido ni de lejos casi dos años después de las elecciones municipales.

Si antes de esas elecciones locales del año 2015 se llegaron a presentar hasta cuatro aspirantes (Carlos González, José Pérez -que a última hora se retiró tras alcanzar un acuerdo con el primero-, Ramón Abad y María Dolores Asencio), ahora se puede decir que las «facciones» siguen vivas, aunque algunas de ellas, las más insatisfechas, con mucha mayor intensidad que otras.

Desde finales del primer trimestre de 2014 el PSOE ilicitano vivió inmerso en su enésima crisis, en parte debido al caso de las masivas afiliaciones irregulares, que fueron denunciadas ante Valencia y Madrid, lo que provocó la apertura de una investigación.

Pero esto también desembocó no sólo en que produjera una purga el censo de militantes, sino que el exsecretario general y entonces portavoz municipal, Antonio Rodes, decidió presentar el 9 de junio de 2014 su dimisión como máximo responsable de la agrupación local a tenor de todo lo acontecido en el partido.

Esto trajo consigo que el PSPV nombrara una gestora, presidida por Antonio Torres, de la que formaría parte, entre otros, el propio Rodes, Carlos González o Ramón Abad. María Dolores Asencio también fue integrada en la gestora, pero a las pocas horas optó por no pertenecer a la misma.

El 19 de octubre de 2014, tras unir fuerzas los de González y los de José Pérez, a pesar de que Abad y Asencio tenían mayoría de militantes tras ellos si se hubieran asociado antes, el PSOE ilicitano decidió que el primero fuera el candidato a la Alcaldía. De los 731 militantes llamados entonces a las urnas acudió el 85,6% del censo local.

Ahora, según diversas fuentes consultadas, la afiliación al partido podría estar cerca de empezar a perder el nivel de los 500 militantes, lo que habla en cierta medida de cómo están las cosas (a nivel local, autonómico y nacional) en la sede de General Cosidó, después de que Carlos González se hiciera con la vara de mando el 13 de junio del pasado año, conformando un tripartito con Compromís e Ilicitanos por Elche (que a los nueve meses saldría del Ejecutivo para, en su lugar, con un concejal menos, entrar el Partido de Elche, sabiendo que así dejaban de ostentar la mayoría absoluta).

«Locomotora diésel»

El caso es que, por un lado, está el juicio que se efectúa sobre el estado del partido y su directiva a nivel local; y, por otro, cómo respira el partido con respecto a la dualidad Susana Díez/Pedro Sánchez.

Lógicamente, según a qué familia del PSOE se le consulte, la situación se mira de un color o del contrario. Para unos, la Ejecutiva está haciendo un trabajo bastante bueno, pero como el de una «locomotora diésel». Y paralelamente se apunta que hay «compañeros» que todavía no han enterrado el «hacha de guerra» porque no han recogido aún aquello que se les prometió.

En este punto, las fuentes consultadas recuerdan que es público y notorio que el grupo de Alejandro Soler podría aprovechar la división en el partido Susana Díaz/Pedro Sánchez para hacer «una segunda vuelta», es decir, empezar a mover la silla al aparato de Carlos González de cara al futuro.

Militantes que precisamente no están en el grupo municipal lamentan, por otra parte, que en un momento en el que se ha conseguido la Alcaldía y la Generalitat «no sería lógico que nos pegáramos un tiro en el pie», refiriéndose a los que tratan de ahondar en la división interna socialista.

Precisamente, desde dos de los sectores críticos con el actual secretario general se señala que no se trata de realizar ningún movimiento de desestabilizar al grupo municipal, pero que lo cierto, según siempre estas fuentes, es que hay una «sensación de parálisis en el partido». «La sede no tiene la actividad que tenía», «la Ejecutiva es un cero a la izquierda para el secretario general y se podría decir que hay otra Ejecutiva» y «hay mucha gente enfadada» son otros de los comentarios que se añaden por parte de los que creen que el actual secretario «ha vuelto a demostrar falta de talante o inseguridad porque no está dejando participar a todas las sensibilidades del partido».

Precisamente, desde el sector afín a Carlos González se considera que todo eso no es cierto: «Hay una mayoría cohesionada en la agrupación de que el partido va por buen camino. En tres asambleas que ha habido ha habido pluralidad, se ha valorado la estabilidad que está aportando el partido, la conexión con el grupo municipal, y hay la vocación de futuro de garantizar la estabilidad municipal».

De igual modo se rechazan las acusaciones de inactividad. «Venimos de vivir con mucha intensidad unas primarias muy reñidas. Pero recompusimos bien el partido y lo pusimos a trabajar por los ciudadanos, para atender sus anhelos y preocupaciones, y para dar apoyo al Gobierno local», apuntan desde el sector oficial, subrayando que sí hay actividades en la calle, en el partido (como la de ayer, sobre cláusulas suelo) y dando su opinión sobre temas de interés cada semana.

«Está todo muy polarizado, cuando deberíamos estar pensando más en ideas y proyectos antes que en personas», añaden otros militantes siempre críticos, los cuales aseguran que a la actual Ejecutiva del partido, conformada por casi 40 miembros, apenas acuden ahora entre 28 y 16 integrantes, según se pregunte a una u otra sensibilidad del PSOE.

En lo que todos coinciden en que la crisis federal ha hecho mella en la agrupación local y mientras unos esperan que «no interfiera en la dinámica de normalidad de la agrupación», otros no descartan que para el PSOE de Elche vaya a traducirse en la excusa para el preámbulo de una nueva crisis.