Ánforas romanas, piletas para lavar con más de dos mil años, figuras de belenes del siglo XIX y cajas y cajas repletas de pedazos de objetos cuya reconstrucción ayuda a los expertos a componer la memoria del municipio de Elche desde hace miles de años. Caminar por la sala en la que se almacenan los fondos del Museo Arqueológico y de Historia de Elche (Mahe) es lo más cercano a viajar en el tiempo, gracias al trabajo y a la labor coleccionista que realizaron los históricos arqueólogos Aureliano Ibarra, Pedro Ibarra y Alejandro Ramos Folqués, además de la que llevan a cabo los profesionales actuales en las distintas excavaciones que se realizan en territorio ilicitano.

El director del Mahe, Miguel Pérez, explica que este enorme centro expositivo custodia unas 20.000 piezas y en sala, como ocurre en la mayoría de museos históricos, solo hay un 15% de todo lo que atesora. El resto se encuentra inventariado y catalogado en el almacén, de lo que se encargan becarios y personal contratado para estos efectos.

Desde que Rafael Ramos, el antiguo director, se jubilara (año 2012), la actividad en esta parte oculta para los asistentes era mínima. Se extraía algún que otro objeto para su análisis por el mero «amor al arte» de los técnicos que trabajaban allí pero no había una continuidad, al permanecer este centro descabezado. Con Miguel Pérez ahora al frente de la nave quieren reactivar esta tarea investigadora, tanto para recuperar objetos almacenados de cara a exposiciones temporales como para impulsar iniciativas como «La pieza del mes», que, según fuentes municipales, con el anterior equipo de gobierno se hacía pero con las que estaban expuestas en sala. Ahora quieren darle protagonismo a las que siguen en cajas.

La muestra «Luz de Roma» ha sido el primer paso. El Mahe, a esta exposición que venía del Museo Arqueológico Provincial de Alicante (Marq) con 43 lucernas de época romana, le sumó 11 que estaban en dichos fondos y que habían sido encontradas en el yacimiento de La Alcudia. Según Miguel Pérez, «la restauración de estos objetos nos permite conocer mejor muchos detalles de su decoración o de su producción. Con la recuperación de los candiles hemos podido documentar varias marcas de fábrica de los talleres que las produjeron. Aspectos que no estaban recogidos en las fichas de inventario del museo y con los que aumentamos el conocimiento de las relaciones comerciales o de las modas que afectaron a los habitantes de la antigua colonia romana de Ilici».

Gemma Mira es la restauradora de este centro expositivo y fue la que se encargó de poner a punto estas pequeñas lámparas de aceite. «Este trabajo me llevó un par de meses. Tienes que someter cada pieza a una serie de baños y hay que ir con cuidado, quitándoles los posibles sedimentos y concreciones calcáreas que pueden tener incrustadas. Con estos procesos también obtienes datos sobre el material que se utilizaba, la policromía, las formas por las que apostaban...», indica esta profesional, que ha llegado a reconstruir objetos divididos en más de 70 pedacitos, como si de un auténtico puzzle se tratara.

Los restos más antiguos expuestos en el Mahe, tal y como detalla su director, Miguel Pérez, se remontan al periodo del Neolítico, «aunque gracias a recientes tareas de prospección que están llevando a cabo desde la UNED de Elche, parece que podremos incorporar piezas todavía más antiguas», dice.

La restauradora subraya la gran importancia del escritor y arqueólogo Pedro Ibarra para la cantidad de fondos que se encuentran en el museo, cuya colección fue vendida por su mujer al Ayuntamiento. «Gracias a él sabemos muchísimo de la historia de Elche. Su labor de coleccionismo y de arqueología fue alucinante. Se dejó muchísimo esfuerzo y dinero en aglutinar piezas históricas», afirma Mira, mientras muestra los tesoros de Ibarra que nutren algunas de las vitrinas del almacén, en las que conviven pesas de antiguos telares con platos cerámicos de época especiales para mantener el chocolate caliente.

La concejala de Cultura, Patricia Macià, también quiso incidir en el hecho de que se esté reactivando esta área escondida del Mahe. «El antiguo equipo de gobierno, del PP, frenó esta labor al no convocar la plaza de director como hemos hecho nosotros. Es vital que este tipo de centros expositivos cuenten con una línea de investigación y recuperación, ya que eso puede derivar en nuevas exposiciones y en ir renovando la sala permanente», expresa la edil.

En definitiva, echar mano de su museo más invisible.