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Robots con los que aprender a emocionarse

Una empresa del Parque Científico de la UMH crea un prototipo que fomenta las inteligencias múltiples

Robots con los que aprender a emocionarse

Hasta el momento, los robots que había ido diseñando la empresa Aisoy, radicada en el Parque Científico de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, dependían de una herramienta de software con el que los propietarios de cada uno de ellos los programaban para que realizaran diferentes funciones educativas: desde convertirse en actor de una obra de teatro a en el profesor que enseña las tablas de multiplicar.

Con el prototipo de sexta generación que presentaron ayer, el Aisoy 1 KiK, según el CEO de esta sociedad, José Manuel del Río, han conseguido dar «un paso de gigante» en materia de inteligencia artificial, especialidad de este profesional de la Informática. El nuevo modelo cuenta con un motor tecnológico denominado «emotions», a través del que puede sentir y expresar emociones que no son fruto de la aleatoriedad. «La gente quería interacción del robot directa, sin necesidad de instalar un programa, y se la hemos dado. El 1 KiK es capaz de demostrar que está triste o contento, depende del caso que le hagas. Las reacciones que el usuario tenga con él le afectan a su estado anímico, así como a sus decisiones y a su manera de reaccionar», afirma Del Río, además de detallar que este tipo de funciones, que parecen sacadas de una película de ciencia ficción, parten de una serie de algoritmos con el que lo han programado, que le aporta cierta autonomía a la hora de relacionarse. Algo que también utilizará el Aisoy 1 KiK para fomentar las inteligencias múltiples de los más pequeños. «Este prototipo desarrolla estrategias pedagógicas tras observar cuáles son las capacidades que mejor se le dan a su usuario -el niño-. Es decir, si percibe que el pequeño tiene más interés o facilidad con las matemáticas, le pondrá más ejercicios en este sentido. O si ve que la gramática la lleva peor, se la puede ir introduciendo de una manera suave. Lo bueno de este robot es que aprende a través de la experiencia y, a partir de la misma, se va adaptando a la velocidad de aprendizaje del niño», argumenta.

Este robot podría comenzar a comercializarse a mediados del mes de marzo. Actualmente, se están montando entre el Parque Científico y una fábrica de Ibi. De momento, están elaborando una pequeña tirada de unos 200 robots. Cada uno de ellos contará con alrededor de 30 juegos para desarrollar esas inteligencias múltiples. También dispondrá de otro motor, Coloquo, que permite una interaccion basada en el lenguaje, que puede ser tanto en castellano como en inglés.

Esta mercantil diseña sus prototipos a través de un equipo de expertos en inteligencia artificial y colaboraciones de pedagogos. Con uno de los anteriores están realizando experimentos con niños autistas para ver sus posibles beneficios, en un proyecto que también protagoniza la Clínica Universitaria de la UMH.

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