El órgano de la basílica de Santa María vibró ayer de una manera especial para despedir al que durante más de 40 años lo hizo sonar y le dedicó casi toda su vida. El mundo de la música, la cultura, familiares y amigos dieron ayer el último adiós a Ildefonso Cañizares entre las voces melódicas de la Capella del Misteri y la Coral Grup d'Havaneres de San Agatángelo. Ambas agrupaciones también formaron parte de la trayectoria profesional del ilicitano.

Considerado un referente para la música más reciente de la ciudad, Ildefonso Cañizares falleció el sábado a la edad de 86 años. Maestro de educación especial en el colegio Ferrández Cruz, entre otros centros educativos, también se ganó un reconocido hueco en el mundo del arte por su implicación con las principales instituciones religiosas y culturales de Elche.

En 1958 se convirtió en el organista oficial de la basílica y en 2006 fue designado, con licencia del Obispado, como organista con carácter vitalicio. Ildefonso Cañizares recordaba en las páginas de este periódico, en el año 2011, que para él, ser organista del templo del Misteri significaba « un honor, pero sobre todo me permite estar más en contacto directo con la Virgen». El director y compositor ha dejado huella en numerosos colectivos entre los que demostró su don por la música.

Su profesionalidad fue clave en la Venida de la Virgen, ya que durante más de 35 años dirigió el himno de esta festividad. Durante los años 70 formó parte del Misteri como ayudante del mestre de Capella titular y también fue director de la Escolanía. Asimismo, estuvo al frente de la dirección de la Coral Ilicitana y en 2007 fundó la coral de San Agatángelo, entre otras muchas agrupaciones infantiles a las que dio vida en los colegios en los que trabajó.

Representantes de diferentes instituciones culturales de la ciudad, como La Festa y la Venida de la Virgen, recalcaron ayer el vacío que deja Ildefonso Cañizares en la ciudad y su especial carisma en la música que interpretaba y que hacía suya.