Monseñor Francisco Conesa Ferrer ha recibido este sábado la consagración episcopal tomando posesión de la diócesis de Menorca, convirtiéndose de este modo en el tercer obispo ilicitano de la historia tras Gilberto Martínez, obispo de Segorbe en el siglo XVI, y Marcelino Siuri, obispo de Córdoba y Orense en el siglo XVIII.

La consagración del religioso ilicitano tuvo lugar en una emotiva ceremonia celebrada en la Catedral de Mallorca que ha estado presidida por el cardenal arzobispo de Valencia, Mons. Antonio Cañizares, así como por los principales concelebrantes: el cardenal arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Mons. Ricardo Blázquez y el obispo de Orihuela-Alicante, Mons. Jesús Murgui.

El arcipreste de la Basílica de Santa María de Elche durante los tres últimos años entró en la Catedral de Mallorca a las 11.40 horas, donde fue recibido por el Colegio de Consultores, el Cabildo Catedralicio y el Administrador Diocesano, que le dio a besar la Vera Cruz. Seguidamente, 20 minutos después, comenzó la procesión de entrada desde el patio de Cal Bisbe con los cardenales, arzobispos, obispos, vicarios generales y vicarios episcopales asistentes.

Después de la liturgia de la Palabra comenzó la ordenación con la lectura del mandato apostólico donde el papa Francisco nombra al sacerdote Francisco Conesa obispo de Menorca. El cardenal Cañizares pronunció la homilía y seguidamente se efectuó la promesa del elegido, el canto de las letanías, la imposición de manos y la plegaria de ordenación, la unción con el Santo Crisma, la entrega de los Evangelios, la imposición del anillo y la mitra y la entrega del báculo pastoral. Fue entonces cuando Monseñor Conesa tomó posesión de la cátedra.