Los responsables de las obras del hotel, las cuales se iniciaron hace un año, pidieron meses atrás al Servicio Provincial de Costas que se les permitiera proceder a la demolición de los restos del viejo edificio al comunicar que «se está manteniendo en pie de puro milagro».

Asimismo, también se solicitaba que los restos del derribo se pudieran aprovechar para rellenar «los huecos excavados que suponen, con sus desniveles perimetrales, un potencial riesgo adicional de caídas y deslizamientos peligrosos».

Ante esto último, Costas se ha pronunciado claramente ahora, al informar de que, en caso de proceder a la demolición de todos los restos del edificio de Arenales, la actuación deberá ir acompañada ineludiblemente de su «inmediata retirada de todos los residuos resultantes, los cuales no podrán ser utilizados como rellenos ni nivelaciones, ya que constituyen residuos y contaminarían la playa».