El aumento del exceso de peso en la población infantil ha llevado a los hospitales a poner el foco de atención en la prevención y el tratamiento de este problema de salud. Según el último plan de la Comunidad Valenciana, la prevalencia del sobrepeso entre los niños de entre dos y 17 años es del 16,2% y la incidencia de obesidad es del 9,4% en el territorio valenciano.

Conscientes del elevado índice y del riesgo que supone por el desarrollo de otras enfermedades (cardiovasculares, hipertensión, diabetes etcétera), los centros sanitarios de Elche han intensificado los programas para controlar a los pacientes. En este sentido, en el Hospital General han registrado 200 visitas al año en la consulta de Endocrinología y Obesidad Infantil con una incidencia del 25%. En el área apuestan por dietas de baja carga glucémica con hidratos de carbono específicos. «El problema es que se toman muchas leches desnatadas o galletas y cereales, y eso es como una chuchería», señala Miguel Ángel Fuentes, responsable de la unidad, quien, además, alude a que hay guías nutricionales que no son correctas. «Las dietas de comer poco fracasan porque no se controlan los apetitos», destaca el facultativo.

El experto alerta de que los niños no engordan por tomar grasa animal, sino por los azúcares, los cereales y las harinas. Ante ello, desde esta especialidad, organizan charlas con padres de niños con exceso de peso, en las que se rompen falsos mitos de la nutrición y se apuesta por un modelo inspirado en la alimentación más tradicional, sin descartar el hígado de cordero, la leche entera, el jamón serrano o el marisco. Todo ello siempre con en su justa medida.

Debido al gran problema de salud que presenta la obesidad infantil, y ante la demanda de los padres en las consultas, el Hospital del Vinalopó ha puesto en marcha el programa Esportusalud. Más de 900 niños, de cinco a 14 años, han sido evaluados, a través de esta iniciativa, con la que el centro sanitario pretende hacer un nuevo cribado este año para actualizar la tasa de incidencia del sobrepeso.

Asimismo, el Vinalopó ha habilitado escuelas deportivas, una de ellas en colaboración con la Universidad Miguel Hernández (UMH) y otra con el Ayuntamiento de Crevillent. Tanto en una como en otra, los niños realizan diferentes deportes dos o tres veces por semana, bajo el control de graduados y licenciados en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Aquí, los especialistas también alertan de los malos hábitos de alimentación. «Se hacen mal los desayunos: los niños solo toman un vaso de leche o nada. Durante el día apenas comen frutas o verduras y beben muchos zumos», destacó Antonio Puig, director del programa del Vinalopó. Junto a los errores en la alimentación, hay expertos, como el pediatra de este centro hospitalario, que achacan la obesidad infantil al sedentarismo provocado por el abuso de las nuevas tecnologías y de los ordenadores.

Menos movimiento

Como él, el catedrático en Nutrición de la Universidad Miguel Hernández Enrique Roche lamenta que «los niños, cuando salen al patio, ya no juegan ni corren porque se conectan al móvil. Deberían estar en continuo movimiento y realizar tres o cuatro horas de actividad física», señala Roche. Sin embargo, hay otros facultativos que consideran suficiente que los niños realicen tan solo tres horas de ejercicio a la semana.

La falta de educación de los padres y de los colegios es otro de los obstáculos que señalan los profesionales. «Abusamos de la bollería industrial y de las comidas precocinadas por la falta de tiempo, y los niños acaban siendo los perjudicados», concluyó diciendo el catedrático en Nutrición.