La Guardia Civil de Alicante ha esclarecido 61 hurtos producidos en el Aeropuerto de Alicante-Elche, que han sido cometidos por cuatro trabajadores del mismo, de dos empresas de "Handling" que operan en las instalaciones. Los investigados son cuatro españoles, de entre 23 y 57 años, que han quedado a disposición judicial, en libertad con cargos.

La Benemérita abrió, el pasado mes de septiembre del presente año, una investigación debido a las numerosas denuncias presentadas en las dependencias de la Guardia Civil en el Aeropuerto de El Altet-Elche. Dichas denuncias de los viajeros consistían en pequeñas faltas de contenido en los equipajes facturados, hechos que se concluyó, que debían de cometerse en la zona restringida de seguridad de dicho Aeropuerto.

Los agentes de la Oficina de Investigación de la Guardia Civil (ODAISA), sita en dicho lugar, han realizado numerosas gestiones de averiguación, como apostaderos y seguimientos, tanto a la entrada como a la salida de los trabajadores en el recinto aeroportuario.

También han visionado y estudiado concienzudamente el sistema de cámaras de seguridad perteneciente al gestor aeroportuario (Aena), contando con la colaboración de éste y con los jefes de escala de todas las empresas de "Handling", que operan en el aeropuerto, realizando de esta forma, un exhaustivo control y numerosos seguimientos de los operarios en diferentes zonas, como el patio, carrillos y composición de equipajes. Esta operación ha finalizado exitosamente con el descubrimiento de la implicación de cuatro personas, dos trabajadores de la empresa de Handling Swissport y otros dos trabajadores de la empresa Iberia, según fuentes de la Guardia Civil, los que realizaban funciones de carga y descarga de equipajes en este Aeropuerto, tanto en la zona de salidas como de llegadas.

Las mismas fuentes indican que han podido esclarecer, que los investigados abrieron y manipularon un total de 61 maletas, consiguiendo recuperar todos los efectos sustraídos de estos equipajes facturados, manipulados. Cabe destacar la curiosa destreza mostrada por alguno de los investigados a la hora de manipular los equipajes, por la rapidez para abrirlos, de localizar un objeto que le llamase la atención y de sacarlo de dicho equipaje, intentando no ser detectado tanto por las cámaras de seguridad, como por sus propios compañeros.

Los objetos sustraídos eran de todo tipo y de diferente valor, llegando incluso a sustraer, entre otras cosas, un paquete de chicles, paquetes de pilas, bolígrafos o colgantes de plástico. Las mismas fuentes indican que, también ha sido sorprendente y, a la vez, decisivo para detectar que, efectivamente, se estaban manipulando maletas, la forma de colocar los carros-portaequipajes, utilizando para ello la propia arquitectura del aeropuerto (postes, paredes, pilares), para evitar ser detectados por las cámaras de seguridad u otros trabajadores.

Incluso uno de los trabajadores implicados, a la hora de colocar las maletas sobre el carro-portaequipajes, levantaba una especie de muro parapeto con las propias maletas, dejando un hueco central sin llenar, para poder llevar allí, los equipajes que pretendía abrir y así dificultar ser detectado, según la Benemérita.