«Decir poesía a boca llena de error. Equivocarse (es decir poesía) por convicción, amor al género y a las mujeres». Así inicia la poeta ilicitana Alicia García Núñez una de sus obras que incluye en la antología «Mujer, lenguaje y poesía». Un libro que da voz a 12 de las mejores escritoras del panorama nacional que, como ya avecina el título, reivindican un discurso literario y gramatical mucho más abierto que el que impone la dominación masculina en el texto. Entre ellas también la cordobesa Elena Medel, la única que salvó de la quema el famoso editor Chus Visor en unas polémicas declaraciones sobre que no había buenas voces femeninas dentro de la poética más reciente.

La editora de este recopilatorio, Elisabet Parés, afirma que éste es un proyecto previo a las desafortunadas palabras de su compañero de gremio de la editorial Visor. «Ha sido una respuesta casi premonitoria. Declaraciones así siempre se perciben en el ambiente, por lo que este poemario supone una doble reivindicación», dice Parés, que espera que esta apuesta de su editorial, Stendhal Books, vea la luz a principios del año que viene. E ilumine, de alguna manera, los versos de nombres tan diversos como Lola Nieto, Laia López Manrique, Miriam Reyes, Chus Pato o Flavia Company.

Lo que tenía claro Parés, desde que pensó esta iniciativa literaria, es que el nombre de Alicia García Núñez tenía que estar. De hecho, sus poemas abren la antología con versos «que parten de lo cotidiano y disponen de un mensaje muy potente», dice. También subraya la editora catalana la fuerza de la rapsodia de García Núñez y su devoción por las nuevas fórmulas más performativas a la hora de recitar. Utiliza un discurso escénico transgresor, en el que en ocasiones se entrelaza la música electrónica con cada una de sus palabras.

Y es que esa es la adicción de esta poeta, «las palabras». Alicia García Núñez detalla a este diario que en dicha antología establece un juego semántico en el que cuestiona cómo la humanidad enfoca el género en el lenguaje, inspirada por autoras como Adrienne Rich, una de las grandes teóricas de la filosofía Queer. «Puedes llamarme Alicio. Estoy bastante cómoda sentada en el mal(E)», recita la excoordinadora del Centro de Cultura Contemporánea L'Escorxador de Elche, que actualmente reside en Barcelona y trabaja para Apple. «Estuve en Eslovenia en una residencia de artistas y profundicé mucho en este tipo de fórmulas, necesarias para que logremos reinterpretar lo que damos por bueno. Algunos allí llegaron a llamarme Alicio, de tanto jugar con lo masculino y lo femenino», matiza.

Pero no solo los géneros son material de análisis para esta escritora. También le inspira la incertidumbre que rodea a la sociedad de nuestros días: «Hacía dónde van los descontentos, con este primer mundo que arrastramos, porque no hay un cero al que emigrar», escribió. Por suerte, su futuro literario parece que corre mejor suerte que la de esos descontentos. A ella, recitando, se la ve muy feliz.