Elche va a contar de forma pionera con un plan municipal de arbolado. Esto significa que, por vez primera en la historia del municipio, se va a realizar un amplio estudio sobre qué especies son las más adecuadas para plantar en las calles y plazas públicas de los núcleos urbanos de Elche y las pedanías rurales.

Este trabajo, que ya ha sido iniciado por los técnicos de la Concejalía de Medio Ambiente, estará concluido de cara al próximo año, pero, para su aplicación, serán precisas varias anualidades.

Se trata de un trabajo que se quiere realizar de forma seria y prolongada en el tiempo para que no quede en un simple esbozo. Y también precisará de una dotación económica que anualmente se tratará de potenciar. Para 2017 se ha consignado ya una partida inicial de 20.000 euros.

En líneas generales, se quiere ir sustituyendo progresivamente aquellos ejemplares que no se adaptan bien a nuestras temperaturas, a la escasez de agua, o a la elevada humedad, por otros del ecosistema mediterráneo.

«Cuando llegamos a la Concejalía detectamos una cuestión que es histórica, como es la falta de una planificación en este sentido», algo que el titular de Medio Ambiente, Antonio García Díez, considera que no es baladí. Y en este punto cabe resaltar que contar con una masa arbórea apropiada en los núcleos urbanos genera incontables beneficios de cara a vecinos y visitantes, puesto que contribuye a frenar la contaminación atmosférica, sin contar los resultados en cuestión de imagen y marca de ciudad, o los psicológicos, ya que provocan en la población estados anímicos agradables y, por extensión, actitudes sociales positivas.

Contar con plantaciones idóneas puede suponer un ahorro económico a las arcas municipales pero nada despreciable: desde gastar mucho menos en la factura del agua, a destinar medios humanos y materiales a otras tareas que no sean retirar de manera continua hojas o ramas.

En el casco urbano de Elche existen varios ejemplos que ayudan a comprender por qué no estaría de más que los municipios analizaran por qué se tienen los árboles que se tienen para, plantearse a continuación, si deberían tener plantados otros. Uno de estos ejemplos lo podemos encontrar en la plaza de Castilla. A los árboles aquí situados, popularmente los llaman plátanos. Pero también el árbol de las alergias, ya que son muchas las personas que aseguran sufrir este efecto. Además, estos árboles no generan apenas espacios de sombra en esta plaza.

Un segundo ejemplo lo podemos encontrar -y aquí ya está actuando el Ayuntamiento- en la calle Antonio Machado. En este vial y calles adyacentes se dan cita arces y una especie determinada de moreras. Los primeros proceden del centro y norte del continente americano, y las segundas son propias de China o las dos Coreas. Los arces, según indican desde la Concejalía de Medio Ambiente, enferman muy rápidamente, cicatrizan mal tras la poda y, en general, no son aptas para la vía pública. Además de que proceden de un clima totalmente distinto al nuestro, también han propiciado que sus raíces rompan alcorques y levanten parte del firme.

El tercer ejemplo lo tendríamos en la calle Josefina Manresa, donde es habitual encontrar resina en el suelo o los vehículos, con el consiguiente malestar de los residentes en la zona

«No tenemos un buen arbolado porque nunca se ha hecho una buena selección de especies en la calle, no había un criterio para aplicar a esta zona», expone el concejal responsable, quien afirma que se va a proceder a esa sustitución paulatina del arbolado, una actuación ingente y que se comenzará a notar sobre todo, según fuentes municipales, a finales de invierno.

Pero no se trata solo de quitar uno para poner otro ejemplar. El Ayuntamiento tiene intención de aprovechar los recursos arbóreos que tiene y estudiará si determinada especie que no encaja con una vía repleta de tráfico y edificaciones que entran en contacto con sus ramas, sí puede ser idónea para plazas, zonas ajardinadas alternativas u otros espacios. Por tanto, en una primera fase de retirada y sustitución de ejemplares, también va a generarse un trabajo de optimización para buscar el mejor emplazamiento posible al árbol a trasplantar.

El equipo de gobierno ilicitano aspira, además, a establecer un plan, a dejar definidos unos criterios, en cuanto a los árboles que más «convienen» a Elche para que en lo sucesivo se cumplan por parte de los siguientes responsables a la hora de gobernar.

Que aporten sombra (rebajan la temperatura y ayudan frente a la radiación solar), que permitan atenuar los efectos del viento y de la erosión hídrica, que no viertan sustancias resinosas y que precisen poco consumo de agua pueden ser algunas de las características de los árboles a los que pueden aspirar los núcleos urbanos del municipio ilicitano, primero en el casco urbano y poco a poco en el resto de pedanías.

El árbol en el diseño urbano ha sido algo históricamente que apenas se ha tenido en cuenta, una cuestión que ahora se quiere enmendar en parte con este plan municipal de arbolado, el cual, además, se quiere acompañar con el primer catálogo cuantitativo de arbolado e identificativo de especies, documento que tampoco existe hasta la fecha, según fuentes municipales.

Tampoco hay que perder de vista que estas acciones contribuirán también a la aspiración del tripartito de conseguir que Elche sea declarada capital verde europea en 2030, una tarea muy ambiciosa que ya se está empezando a abonar.