La agricultura ha dejado de tener como único escenario el campo. Las cosechas se abren paso en la ciudad. Las verduras y hortalizas han empezado a tomar los balcones de los edificios, los huertos de palmeras y los patios de los colegios. Está de moda. El boom de cultivarse uno mismo las alcachofas, los tomates o las plantas aromáticas ha empezado a ganar peso en la localidad.

Precisamente, ese creciente interés por lo ecológico y la sostenibilidad ha llegado hasta tal punto que el Ayuntamiento ha registrado ocho peticiones para el próximo año, en distintos barrios del municipio. Con ello, además del Huerto de la Cuerna, y el de Felip en el Raval, la agricultura echará raíces en otros huertos históricos como Travalón Alto, Montenegro y Cabolo. A estos enclaves se suman solares en El Toscar y Porfirio Pascual y colegios como Reyes Católicos. También hay otros lugares como San Antón y Blasco Ibáñez, donde está previsto que que se hagan realidad los huertos en próximo año.

«Hay una demanda social importante y hemos recibido muy contentos esta actitud de los vecinos, ya que los huertos urbanos tienen muchos beneficios para el Palmeral», explicó el concejal de Medio Ambiente, Antonio García. De ahí, a que el Consistorio haya habilitado por primera vez una partida exclusivamente para este tipo de servicios, con una dotación de 70.000 euros, además de la cantidad aprobada en las iniciativas finalistas dentro de los presupuestos participativos.

Y es que, una de las grandes ventajas que Medio Ambiente cree que podrá tener este tipo de iniciativas es que las plantaciones aportarán nutrientes a las palmeras y además, el hecho de que los huertos empiecen a contar con más afluencia de gente, ayudará a que el Palmeral esté más vigilado para detectar posibles casos de picudo.

De momento, aunque no se conocen los plazos para la puesta en marcha de estos enclaves agrícolas, el tripartito sí que quiere tener listo en el primer trimestre del año el huerto de El Raval. Este proyecto, emplazado dentro del área considerada Patrimonio de Humanidad, sobre el que vecinos y Ayuntamiento llevan trabajando todo este año, servirá como ejemplo para las nuevas iniciativas. Y es que, en esta zona se cuidará especialmente que el vallado no tenga impacto visual, al igual que la caseta para guardar las herramientas, con el objetivo de que se puedan quitar en cualquier comento. Además, se instalará riego por goteo para abastecer de agua a los cultivos que estarán en el centro del huerto y se mantendrá, también, el sistema tradicional para regar las palmeras.

Sin embargo, más allá del terreno municipal, la Universidad Miguel Hernández (UMH) también se ha puesto manos a la obra y trabaja en un proyecto para tratar de extender los huertos urbanos a todos los campus de la provincia, como el que ya hay en Orihuela. De momento, la institución académica está sondeando el interés de los universitarios en contar con esta iniciativa.

Pros y contras

El auge de estas nuevas fórmulas de agricultura es visto por los expertos como una manera de acercar a la ciudadanía el mundo rural, para crear un ambiente saludable en el barrio o como una forma de fomentar la convivencia en torno a la naturaleza.

Sin embargo, los especialistas en este sector alertan de la existencia de obstáculos en los huertos urbanos, como el uso del agua potable clorada, según apuntaron desde la Asociación para el Desarrollo Rural del Camp d'Elx (ADR) o la vulnerabilidad de la cosecha en los entornos alejados del campo, tal y como señalaron desde la Universidad Miguel Hernández (UMH). «El problema es que si los cultivos están cerca de solares donde antes hubo edificaciones antiguas pueden tener riesgo a contaminarse de elementos como el plomo. Por eso hay que tener cuidado», apuntaron desde ADR.