Dos de cada diez adolescentes ilicitanos consideran que el lugar más adecuado para la mujer es en casa junto a su familia. Una investigación realizada sobre 400 alumnos de entre 14 y 16 años de cuatro institutos de Elche ha detectado creencias machistas de este tipo que los propios jóvenes tienen interiorizadas. Algo que preocupa a los expertos, al considerar estas opiniones como un factor de riesgo de aceptación de conductas de abuso y, en definitiva, de indicios de violencia de género.

Más de 400 estudiantes de tercero y cuarto de Secundaria se han sometido a un programa de prevención impulsado por la Asociación de Mujeres Vecinales de Elche a lo largo del pasado curso. El estudio ha desvelado otros pensamientos alarmantes, como ejemplo, que un 33% de los encuestados considera que un marido «debe dirigir con cariño, pero con firmeza a su mujer».

Además, lo curioso de todo es que los especialistas se han encontrado que no hay diferencias de sexo, por lo que tanto las chicas como los chicos están al mismo nivel en la aceptación y transmisión de estas actitudes machistas. Sin embargo, desde la Asociación Mujeres Vecinales han mostrado su preocupación por otra discriminación sexual calificada por el colectivo como más sutil, que es el sexismo benévolo, que contempla a la mujer como alguien débil a quien proteger.

«En realidad, este sexismo encubierto intenta perpetuar los roles tradicionales del hombre y la mujer en la sociedad», apuntó Víctor Cabrera, coordinador del proyecto y psicólogo. Como ejemplo, los investigadores han detectado opiniones relacionadas con que las mujeres son más delicadas y perdonarían cualquier error de un hombre. Algo que los especialistas consideran como los primeros estadios de violencia de género.

En la investigación, hay otro asunto que ha encendido las alarmas. Y es que los educadores se han encontrado con que las adolescentes ilicitanas perciben la agresión física y sexual como conductas de abuso, pero tienen problemas para detectar la manipulación psicológica. «Por ejemplo, dar una bofetada sí lo calificaban más claramente como una agresión, mientras que con otros comportamientos que desembocan en violencia psíquica les ha costado más», señaló Sensi Antón, educadora social e integrante de Mujeres Vecinales. En este caso, los investigadores aluden al intento de aislamiento por parte del hombre hacia la mujer; cuando ellos las comparan con otras o crean situaciones tensas al estar con más gente.

Ante ello, el colectivo ha incidido en la importancia de dotar de más recursos y en la necesidad de la prevención para que los jóvenes puedan combatir los estereotipos de género y las conductas machistas. Por este motivo, el programa profundiza en el reconocimiento de emociones para aprender a gestionarlas y expresarlas, en un contexto enmarcado en la violencia de género. Como ejemplo, el tratamiento de los celos es un factor clave de la prevención en las aulas.

La iniciativa, organizada en los institutos Tirant lo Blanc, La Torreta, Cayetano Sempere y Sixto Marco, ha demostrado que la procedencia de los alumnos sometidos al estudio no tiene nada que ver en la aparición de pensamientos sexistas.

Para este curso, la Asociación Mujeres Vecinales dará un paso adelante con formación a padres y a alumnos de segundo de Secundaria para aumentar la detección precoz. También editará una guía para las familias, en la que ya se está trabajando.

Campaña municipal

El Ayuntamiento lanzará hoy con motivo del Día contra la Violencia hacia la Mujer, una original campaña en contra de la violencia de género simulando un catálogo comercial de la multinacional Ikea en el que figuran datos sobre la situación real del problema, tanto locales como generales.

Para ello, se repartirán unos 5.000 ejemplares en edificios municipales y universidades, entre otras entidades, y en un buzoneo por la ciudad durante tres semanas. El objetivo del Consistorio ilicitano es sensibilizar a la población, a través de una herramienta y un diseño llamativo, con el que llegar al ámbito doméstico y ayudar a frenar esta lacra social. De ahí a que los escenarios utilizados para ilustrar el catálogo hayan sido los distintos espacios de una casa.