«Era su voluntad, me decía: "Nene, hijo, arregla los papeles"». El argumento lo repitió ayer una y otra vez el hombre que se sienta en el banquillo de la Audiencia Provincial en Elche acusado de estafa y apropiación indebida, delitos por los que el fiscal le pide cinco años y medio de prisión, y que esencialmente consisten en haberse aprovechado de un tío enfermo, haberle sacado de una residencia de ancianos de Redován y haberle llevado a una notaría para que le nombrara heredero único y le donara en vida tres inmuebles, algo que el acusado niega en redondo.
Esta serie de firmas en una notaría de Elche se hicieron el día de Nochebuena de 2002 y el hombre murió un año y medio después. Fue cuando sus hermanos -que vivían fuera de Elche e incluso alguno en el extranjero- se dieron cuenta de que no iban a heredar nada y denunciaron. El sobrino, único acusado, aseguró que «yo lo que quise hacer es que él hiciera su propia voluntad, y un notario dio fe de eso, y dos incluso, yo no le llevé obligado». Además, sostuvo que en todo momento se ofreció a parar los trámites si el hombre no los deseaba completar. La acusación particular en nombre del resto de familiares y el fiscal pusieron ayer en duda cómo podía el acusado saber que esa era la voluntad de su tío, teniendo en cuenta que había quedado tan afectado en sus capacidades cognitivas a raíz de un accidente de tráfico (en el que murió su mujer, familiar biológica del acusado) que no podía hablar ni mantener conversaciones, más allá de pronunciar algunas palabras, asentir y negar.
Por eso, la visión que ofrezcan los médicos que trataron al enfermo será crucial en un juicio en el que el acusado alegó que el resto de familiares nunca se preocuparon de su tío: «El que estuvo al lado de mi tío en todo momento fui yo, sus hermanos ni aparecieron», declaró. Añadió que toda la documentación la preparó un abogado contratado al efecto, que incluso recogió en la residencia al hombre para llevarle a la notaría, y que allí se le leyeron las escrituras y se mostró conforme. «Yo puse a un abogado para que se encargara de los asuntos jurídicos de mi tío y a dos notarios para que dieran fe de su voluntad, yo no me había compinchado con ningún notario, la voluntad de mi tío de siempre es la que se ha llevado a cabo y lo manifestaré siempre, de aquí al cielo», dijo el acusado.
Lo que no pudo explicar al detalle es cómo se fueron vaciando dos cuentas bancarias de las que se consumieron 450.000 euros (incluida la indemnización por el accidente en que murió la tía) y en las que él era supuestamente el único autorizado. Reintegros, cheques y transferencias a nombre de una empresa de su propiedad están entre las cuestiones por las que se le interrogó ante la sala de la Sección VII de Elche, que retomará el juicio el próximo martes.
