Por su nombre parece que se trate de un juego infantil: Boca-mano-pie, pero es todo lo contrario. Se trata uno de los virus más frecuentes que hoy día sufren los niños pequeños, sobre todo hasta los tres años.Una enfermedad que hace un lustro empezó a tener cada vez más incidencia, pero que hace tan solo una década era prácticamente desconocida.

Ahora, para muchos todavía resulta extraña, pero las madres con pequeños en la guardería o en los primeros cursos del colegio saben muy bien de que se trata. En Elche, los pediatras han detectado una mayor prevalencia de este síndrome, considerado leve, pero llamativo por ser contagioso y por las ampollas que sufren los niños en la boca, las manos, los pies, incluso a veces en la lengua. En ocasiones, también produce cuadros de fiebre, por lo que puede llegar a convertirse en muy molesta para los que la padecen.

«Hay un repunte porque hemos eliminado otras enfermedades víricas parecidas, aunque más graves, como la varicela, el sarampión, o la rubeóla, ya que hay vacunas», explicó José Pastor, jefe de Pediatría del Hospital General.

Así, aunque los especialistas coinciden en que ahora mismo no existe ningún brote llamativo por el que preocuparse, desde departamento de salud del Vinalopó, apuntaron que la prevalencia de pacientes con esta patología es frecuente y se ha mantenido en el último lustro. Eso sí, «después de un resfriado, que es la causa más común por la que los niños van al médico, esta enfermedad es una de las más habituales que llegan a las consultas», explicó Víctor Rocamora, pediatra del centro de salud Pla Vinalopó.

De esta forma, aunque los médicos reiteran la levedad de esta infección, ya que apenas desembocan en ingresos hospitalarios, sí que recomiendan que los pequeños no acudan a la guardería o al colegio durante una semana, ante el riesgo de contagiar a los compañeros de clase.

Y es que, tal y como explicó el jefe de Pediatría del Hospital General, esta patología se transmite con mucha facilidad por la saliva y las heces. No en vano, para la curosidad de los facultativos, hay adultos, que pese a estar más inmunizados que los niños, también han llegado a pasar esta infección vírica, según apuntaron desde el Vinalopó.

Ante ello, las medidas de higiene son vitales para evitar que el Boca-mano-pie pueda contagiarse. Para los padres, los pediatras lanzan tres consejos básicos: tener a los pequeños una semana en casa; darles analgésicos como paracetamol, en caso de fiebre o molestias; y lavarse frecuentemente las manos con el objetivo de frenar la posibilidad de trasmisión.

Así las cosas, los expertos coinciden en que no debe saltar ninguna alarma, puesto que no existe gravedad de que la patología pueda ir a más. En el contexto más reciente, este verano en Cataluña sí que hubo una variante más agresiva de este enterovirus, que requirió la hospitalización de varias decenas de niños.

De hecho, según el jefe de Pediatría del Hospital General, ya se está investigando la posibilidad de sacar al mercado vacunas para los casos más graves de esta infección, como el tipo A-71, que podría provocar parálisis en el habla o la deglución.

Al margen de esto, los especialistas señalan que tras el verano con el inicio del curso escolar sí que se suelen ver más niños con el ahora popular tan virus.