Los emprendedores deben superar muchos obstáculos a lo largo de su vida laboral, y, por ello, toda preparación es poca, dicen los expertos. Por eso, la primera edición del Coworking de la Escuela de Organización Industrial Mediterráneo de Elche se clausuró ayer sobre un ring, el del Club de Boxeo de Elche. Los nuevos emprendedores tuvieron que defender sus proyectos empresariales sobre el cuadrilátero ante sus compañeros y representantes de entidades y universidades.

Por la lona pasaron proyectos de todo tipo, aunque los combatientes no tuvieron que hacer uso de los guantes de boxeo. Les bastó con la dialéctica para convencer al público sobre la idoneidad de sus innovadoras propuestas empresariales.

El emprendedor Roberto Gómez presentó una iniciativa empresarial para importar y exportar quinoa procedente de Bolivia, mientras que Daniel Sala presentó una iniciativa para vender indumentaria religiosa, que ya está funcionando en la provincia de Alicante.

Una empresa dedicada al catering de comida vegana y a impartir talleres de alimentación saludable es el proyecto que, con mucha maestría, defendió la emprendedora Clara Puentes, al igual que hizo Amparo Alcalá con su empresa de mochilas de diseño. Antonio Manuel García convenció al público de las posibilidades reales que hay en España de montar con éxito una empresa dedicada a la creación de viodeojuegos. «Sin colillas» fue la iniciativa contra la contaminación que presentó Elena Cerezo.

Así, apoyados por una original puesta en escena, un total de nueve emprendedores defendieron sus proyectos de negocio de una manera atractiva y diferente. «Esfuerzo, lucha, constancia, superación y estrategia han sido conceptos vistos sobre el ring, esta vez desde un enfoque empresarial», destacaron desde la organización.

En palabras de Ismael Gómez, mentor residente del programa de Coworking, «ha sido un trabajo duro, pero ahora estas empresas están mucho más preparadas para combatir en el mercado empresarial, que es muy duro. El ring representa la lucha de los emprendedores que se enfrentan a la realidad cuando salen al mercado a defender sus proyectos».

Sobre el cuadrilátero los emprendedores aprendieron ayer a enfrentarse a sus principales miedos, como puede ser negociar con el cliente, buscar financiación para hacer realidad sus ideas, y afrontar la incertidumbre propia de cualquier aventura laboral.

De esta forma, en un acto público y abierto, exposiciones, música, gags y empresa unieron sus fuerzas en una velada interesante y amena. Y es que dos humoristas presentaron el evento y ejercieron de hilo conductor entre las presentaciones de los emprendedores con una simpática historia sobre un boxeador de dudoso talento que tocó la cima y alcanzó sus sueños.

Con esta novedosa puesta en escena se clausuró el programa de la Escuela de Organización Industrial en el que los emprendedores han estado tutorizados durante cinco meses. Por otro lado, ya está abierta la convocatoria para el segundo espacio Coworking impulsado por Escuela de Organización Industrial, que cuenta con la cofinanciación del Fondo Social Europeo y el Ministerio de Industria, Energía y Turismo.