El Papa Francisco ha nombrado al sacerdote ilicitano Francisco Conesa, arcipreste durante los tres últimos años de la basílica de Santa María de Elche, nuevo obispo de Menorca, diócesis que estaba vacante por el traslado a la de Lleida de monseñor Salvador Giménez. El nuncio apostólico en España, monseñor Renzo Fratini, comunicó el nombramiento tanto a Conesa, al que llamó a Madrid, donde le entregó una carta del Papa, como a la Conferencia Episcopal Española. El nombramiento de Conesa lo hizo público ayer el obispo de la Diócesis de Orihuela-Alicante, Jesús Murgui. La fecha de la consagración aún no está fijada, pero se prevé que se celebre a principios del próximo año, seguramente el 7 de enero, en la catedral de Menorca. Hasta entonces, Conesa continuará como arcipreste de la basílica de Santa María de Elche.

Francisco Conesa se convierte así en el tercer obispo que sale de la ciudad de las palmeras. El primero fue, según datos del archivero de Santa María, Joan Castaño, Gilberto Martínez, que ostentó el cargo de obispo de Segorbe en el siglo XVI. Posteriormente, en el siglo XVIII fue obispo de Orense y Córdoba Marcelino Siuri.

Durante el acto en el que se hizo público el nombramiento, anunciado simultáneamente desde el Vaticano, Conesa tuvo palabras para los tres prelados con los que ha estado trabajando, para todas las parroquias en las que ha estado y para sus compañeros sacerdotes desde que empezó como monaguillo, «hace muchos años», en la parroquia de San Agatángelo de Elche, así como para familiares y amigos. Leyó un mensaje en catalán mallorquín para los fieles de Menorca, «que he escrito con profunda emoción» en el que manifestó asumir la responsabilidad de ser prelado «deseando estar a disposición de todos los que forman la comunidad diocesana, sacerdotes, religiosos y laicos»; otro para los fieles de la Diócesis de Orihuela-Alicante, «a la que seguiré amando con todas mis fuerzas»; y un último de agradecimiento para el Papa Francisco por haberle nombrado. Y habló con detalle y emoción de su última etapa en Santa María. «Los últimos años han sido una delicia, sintiéndome querido y apoyado por los feligreses. Siento un desgarrón por dejar Santa María, porque estaba a gusto y creo que los fieles también, pero el Señor me ha llamado para este nuevo ministerio».

Conesa también dijo que vivirá de una forma muy especial sus últimas representaciones del Misteri como rector de Santa María, que arrancan hoy. «Va a ser duro porque será la última vez que esté como arcipreste cerca del cadafal, en el andador, y dirija también unas palabras al comienzo de toda la representación. Ya he contado los Misteris que he vivido, serán 14 ensayos y cinco celebraciones. Lo conocía desde niño, como seminarista y después he tenido la oportunidad de estar allí, de estar metido en el Patronato, de poder dar indicaciones, de mejorar cosas... Espero volver a verlo y participar», sentenció.