El pequeño pueblo oscense de Binéfar, a pesar de tener poco más de 9.000 habitantes, destila arte por los cuatro costados. Solo hay que ver los proyectos que han salido de este pequeño rinconcito de la comunidad aragonesa.

Buen ejemplo es su compañía de Titiriteros, a la que reina Letizia Ortiz entregó hace seis años el I Premio Nacional de Teatro para la Infancia y la Juventud. Entre otras cosas por tratar de mantener vivas, entre los más pequeños, las diferentes tradiciones populares con muñecos de madera manejados con la mano, pero cargados de mucha magia.

El Festival Medieval ha querido contar con ellos y desde ayer se encuentran en la Sala La Tramoia, donde, hasta el próximo viernes, realizarán diferentes actuaciones para colegios y el sábado, a las 18 horas, una obra abierta para todo tipo de público. Ayer disfrutaron de su espectáculo los alumnos del CEIP Cervantes y del colegio Aire Libre de Alicante. El resto de días está previsto que acudan niños del Princesa de Asturias, del Eugeni d'Ors, del Sanchís Guarner, de La Baia y, el viernes, se sumarán también alumnos del Centro Ocupacional Altabix.

La obra que representan es «Aldea Tierra». Eva Paricio, una de las componentes de la compañía, explica que el montaje versa sobre una serie de jóvenes juglares que se van a vivir a un pueblo abandonado, donde se encuentran a curiosos personajes que les explican las bondades de ese lugar y del folclore local a través de canciones de toda la vida como «Antón Pirulero», «Don Federico» o «Luna lunera».

«Todas nuestras composiciones tienen una doble lectura de cara a los adultos. Esta pieza, por ejemplo, aborda un problema que tenemos en Huesca, donde existen multitud de aldeas que ofrecen una gran calidad de vida, pero que solo están habitadas por unos pocos ancianos. Es una verdadera pena», reseña Paricio, que pertenece a la segunda generación que mantiene esta compañía.

Los Titiriteros de Binéfar es un grupo que crearon sus padres en 1975 y todavía mantienen. De hecho, el número de integrantes y colaboradores asciende actualmente a 15. A Elche se han desplazado cuatro. Paricio y otro titiritero, Germán García, y los músicos Pablo Borderías y Elena Polo, que tocan durante el show infantil todo tipo de instrumentos tradicionales como el laúd, la gaita aragonesa, la dulzaina, el chiflo, la pandereta, el salterio y la mandola, entre otros.

Eva Paricio asegura que, aunque rescatan canciones con varias décadas de historia, los niños siguen siendo tremendamente receptivos. «Lo mejor es cuando acaba el espectáculo y salen corriendo a darte un abrazo. Es nuestro mejor pago», indica esta titiritera, que como muchos otros artistas, también padece las inclemencias fiscales que vive el mundo de la cultura como el 21% del IVA. «Se puede y se debe seguir viviendo de este tipo de cosas. Quizá ahora la gente te puede pagar más o menos, y eso se traduce en que nos desplacemos más o menos artistas. La cosa es resistir y seguir dándole vida al arte, en cualquiera de sus facetas», sentencia Eva Paricio.