Un aficionado del Sevilla FC SAD ha sido sancionado con 60.001 euros y cinco años de prohibición de acceso a cualquier recinto deportivo después de haber sido «pillado» en el estadio Martínez Valero cuando su equipo se enfrentaba en enero de 2014 al Elche. La sanción alcanza estas cantidades porque el hombre tenía en vigor una prohibición anterior de acudir a espectáculos deportivos, precisamente por haber participado en una pelea en un partido de su equipo con la Unión Deportiva Roteña celebrado en 2013.
El sancionado ha intentado evitar la multa recurriendo ante la Audiencia Nacional, aunque no le ha servido de nada y ahora tendrá que pagar también las costas. Dice la sentencia de la Sala de lo Contencioso-Administrativo que cuando el hombre fue sorprendido por la Policía Nacional de Elche dentro del estadio era perfectamente conocedor de que tenía prohibida la entrada, y por ello ha cometido una falta muy grave de las tipificadas en la ley contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte. Si era persona «non grata» en los campos de fútbol es porque unos meses antes había sido sancionado por la Subdelegación del Gobierno en Cádiz por dos años y con una multa de 10.000 euros por los siguientes hechos: «Con motivo de un encuentro de fútbol entre los equipos UD Roteña y Sevilla CF, el denunciado formaba parte de la veintena de aficionados del equipo visitante, miembros de grupo radical "Biris Norte", que causó diversos incidentes dentro y fuera del recinto, como encendido de bengalas, invasión del terreno de juego, y a la finalización del encuentro, agresión a varios aficionados en la grada, lo que provocó la respuesta de la afición local, produciéndose una fuerte pelea entre ambas aficiones, dando como resultado varias personas contusionadas y un herido». Aunque esa sanción también está pendiente de un recurso contencioso-administrativo, la Audiencia Nacional concluye que tenía igualmente que cumplirla puesto que había agotado la vía administrativa.
«Alto riesgo»
Precisamente aquel partido del 11 de enero de 2014 entre el Elche y el Sevilla había sido declarado por el Comité Antiviolencia como de «alto riesgo». Antes del partido, la Policía Nacional intervino a integrantes de la peña hispalense «Biri-Biri» navajas, bengalas, pegatinas y pins con anagramas ultra izquierda, antifascistas y al bandera de Andalucía con una estrella roja en el centro, además de diversas dosis de marihuana, hachís o cocaína.
En los autobuses transportaban también botellas y latas de bebidas alcohólicas con las que se llenó un contenedor de basura. Una de las dificultades que encontró la Policía para distinguir a los aficionados ultra de los que no lo eran fue que todos habían comprado las entradas en las instalación del club del Nervión, tal y como se hizo público en aquellas fechas. La Policía también se había incautado de bengalas, carretillas y pasquines antisevillistas a la afición del Elche antes del partido. En el campo se produjeron distintos desperfectos, entre ellos la rotura de 15 butacas, y el Sevilla emitió un comunicado quejándose de un excesivo control policial hacia sus aficionados.
