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El Camp d'Elx se reivindica

Los colectivos reclaman políticas estables que garanticen el desarrollo del entorno rural sin tener que acudir a continuas improvisaciones

El Camp d'Elx se reivindica antonio amorós

Elche celebra este fin de semana la Fireta del Camp d'Elx, un evento en el que las principales actividades económicas de las pedanías ilicitanas se dan a conocer en la ciudad. La feria se presenta como una fiesta del campo que llega a la ciudad, pero también sirve para analizar la situación por la que atraviesa el entorno rural ilicitano donde agricultura, ganadería, turismo rural, gastronomía y naturaleza son los protagonistas de una superficie que abarca más de 200.000 metros cuadrados, y que no recibe todas las atenciones que se merece.

Los principales colectivos así lo evidencian. Una vez que han pasado los peores años de la crisis, el sector de la agricultura ha despertado con fuerza, con un incremento de empresas y hectáreas explotadas. Sin embargo, el campo sigue a día de hoy pendiente de las continuas improvisaciones en materia de políticas hídricas.

El presidente de Asaja Jóvenes Agricultores Elche, Pedro Valero, insiste en que «nuestra espada de Damocles sigue siendo la falta de agua». El agricultor hace hincapié en que «el campo de Elche, al igual que el del resto de la provincia, necesita que se garantice el agua necesaria para los cultivos, y esta garantía no nos puede conducir al uso del agua desalada, cuyo utilización debe ser puntual».

Los agricultores ilicitanos reclaman «una planificación hidrológica a largo plazo», que cubra las necesidades en un momento en el que están en plena expansión los cultivos de granada, con el tirón de la denominación de origen, o las plantaciones de higueras. Cultivos de invierno como la alcachofa también pasan por un buen momento.

No obstante, el campo de Elche no es sólo agricultura, que ya de por sí cuenta con unas 200 empresas que dan empleo a 2.000 personas. El campo también es ganadería, turismo rural, gastronomía, conservación del patrimonio o naturaleza, recuerdan desde la Associació per al Desenvolupament Rural del Camp d'Elx (ADR).

Este colectivo, que nació en 2007, considera que el campo de Elche es el gran perjudicado del término municipal ilicitano, ya que el hecho de vivir al amparo de la tercera ciudad más grande de la Comunidad Valenciana le genera más problemas que beneficios, por la falta de inversiones de la Unión Europea, y por la escasa implicación de los diferentes gobiernos municipales que han pasado por el Ayuntamiento durante las últimas décadas.

Prueba de ello es que en la actualidad la Concejalía de Medio Rural sólo dispone de un presupuesto de 35.000 euros. Una partida escasa que se trata de alargar con las aportaciones que llegan al campo desde otras áreas municipales que arriman el hombro, pero que siguen siendo insuficientes para que el territorio acabe de despegar.

«Sólo con dar a conocer el potencial del campo de Elche ya se estaría fomentando el desarrollo rural», confiesa Marga Guilló, miembro de ADR, que no duda en afirmar que «el campo de Elche siempre ha estado en un segundo plano en la batalla de los últimos tiempos, que ha sido el empleo».

Una lástima cuando se valora que los actuales patrimonios de Elche guardan una estrecha vinculación con las pedanías. Un ejemplo de ello, apuntaron desde ADR, es el motivo por el que el Palmeral Histórico es Patrimonio de la Humanidad, que no es otro que por la conservación de un sistema de regadío árabe que en la actualidad se sigue empleando en el campo ilicitano. Y es que, apuntaron desde los colectivos del campo, el hecho de que la agricultura o el medio ambiente se consideren asuntos que dependen de las administraciones central y autonómica ha ido en contra de los intereses del campo, que reclaman un Gobierno local que apueste de forma decidida por apoyar el desarrollo del entorno rural ilicitano que todavía está por explotar.

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