La economía española sigue dormida para el economista José María Gay de Liébana, que ayer participó en una jornada que la consultora Gesem AV organizó con motivo de su paso a agencia de valores. El experto advirtió que el sistema español depende en exceso del turismo y que debe mirar a otros modelos, como las empresas tecnológicas, para favorecer el crecimiento.
¿Por qué situación atraviesa realmente la economía española en estos momentos?
La economía española está normalizándose. La realidad es que nos quieren vender la moto de la recuperación, pero estamos peor que en el año 2010. Lo que está pasando es que se está normalizando la situación, saliendo del bache, pero la economía está adormecida, y le falta empuje. No tenemos una estructura sólida de nuestro motor económico. En definitiva, el modelo económico no va bien porque depende en exceso del turismo, que estamos recibiendo ahora de forma prestada porque los visitantes huyen estos años de otros destinos inestables del Mediterráneo. Si España no contara con 72 millones de turistas, la reactivación del consumo no sería la misma.
¿Cuál es la receta para mejorar esta situación?
Necesitamos voluntad por parte del mundo empresarial, que tiene ganas de hacer cosas, y evitar tanto impedimento y tanta torpeza a nivel político. Llevamos un año de torpeza y no tenemos a nadie con un liderazgo político capaz de tomar las riendas y de marcar el ritmo que necesitamos. Además, hemos de cambiar nuestro patrón de crecimiento, y no limitarlo sólo al turismo, sino animar a las empresas. El hecho de que las empresas no sepan si van a tener que pagar el próximo mes 6.500 millones de euros en impuestos de sociedades porque el señor Montoro no hizo bien los cálculos no ayuda. Tenemos lastres que no nos dejan seguir hacia adelante.
¿Usted considera que vamos a unas terceras elecciones?
Lo que no veo en estos momentos es que alguien nos indique donde está la luz. Hablan ahora de un pacto entre PP y PSOE, que sería bueno ya que daría tranquilidad a nivel político, aunque malo porque estaríamos con las mismas caras de siempre. Al final, tenemos un problema de líderes. Los partidos se han convertido en clanes y la gente válida no está en el mundo de la política.
¿Qué le parece el auge de empresas de base tecnológica?
Es un sector en el que la mano de obra es muy cualificada, con un alto nivel de preparación, y sueldos medios elevados. Son empresas innovadoras que saben hacia donde va el mundo, saneadas y con gran liquidez. Debemos empezar a entender el gran cambio que esto supone y su importancia para el sistema, ya que favorece su crecimiento.
Pero se trata de un sector que se siente poco apoyado por la Administración.
Son empresas que se enfrentan a todo tipo de obstáculos. Si vemos todos los trámites para cualquier pequeña cosa, nos damos cuenta de que en Estados Unidos funcionan porque se les da todo tipo de facilidades.
Usted ha sido crítico con la gestión de los clubes de fútbol. ¿En qué situación considera que están ahora?
La Liga de fútbol española se ha viabilizado gracias al esfuerzo de los clubes, la Liga de Fútbol Profesional (LFP) y el Consejo Superior de Deportes (CSD), pese a lo cual pierde fuelle y protagonismo ante una Premier League inglesa que arrasa con ingresos anuales superiores a los 4.000 millones de euros, frente a los 2.000 de España. Dentro de cuatro años las estrellas dejarán de jugar en España y se marcharán a la Premier, donde sólo les piden el 40% de impuestos y no se les trata como delincuentes, como sucede en España.
¿Dónde aconsejaría invertir?
Se puede invertir en muchos sitios: en turismo, en empresas tecnológicas que tienen una dimensión desconocida. Se puede invertir en agencias de valores, pero no en cualquier chiringuito.
