Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La ampliación del parque industrial aparca las ATEs para agilizar la expansión de Tempe

El proyecto se está tramitando por un Programa de Actuación Integrada (PAI)

La ampliación del parque industrial aparca las ATEs para agilizar la expansión de Tempe

La oposición a las Actuaciones Territoriales Estratégicas (ATE) de buena parte de los grupos con representación en las Cortes valencianas es más que evidente a estas alturas. Tanto es así que ya se ha hablado en sede parlamentaria de dar un vuelco, cuando no de acabar por eliminar, esta figura urbanística que veía la luz en la anterior etapa del PP, y que nacía, al menos sobre el papel, para agilizar los trámites en determinados proyectos de envergadura. No en vano, una de las primeras decisiones del Ejecutivo de Puig y Oltra precisamente fue la paralización de la ATE con la que se pretendía implantar Ikea en Alicante. Por eso, y para evitar que lo que tendría que servir para acortar los plazos acabara alargándolos, la empresa municipal Pimesa ha optado por tramitar la ampliación de Elche Parque Empresarial -y por consiguiente la expansión de Tempe- por la vía de un Programa de Actuación Integrada (PAI). Lo que se busca es ganar unos 608.000 metros cuadrados para el polígono industrial, en la zona localizada entre la A-7 y la Vía Parque.

Inicialmente, cuando salieron a la luz, allá por el mes de abril, las negociaciones que había abierto Tempe -la empresa comercializadora del calzado y los complementos que el grupo Inditex destina a marcas como Zara, Pull&Bear, Massimo Dutti, Bershka o Stradivarius-, para tratar de expandirse en Elche, todas las miradas apuntaron hacia la conveniencia de apostar por la ATE. Se daba por hecho que ése sería el camino más corto. Hasta el propio conseller de Economía, Rafa Climent, que nunca ha ocultado sus recelos hacia este instrumento urbanístico, se vio forzado a ceder y a decir que sí, que, llegado el caso, y siempre que existieran criterios de «economía productiva» y se pretendiera generar empleo de calidad, su departamento -el encargado de la tramitación, a la sazón- haría una excepción y favorecería los planes de expansión, por más que hubiera que recurrir a una ATE.

El escenario ahora ha cambiado totalmente. Ya no es necesario hacer excepción alguna. Finalmente, la empresa municipal Pimesa -a quien el Ayuntamiento de Elche le ha encargado que lidere el desarrollo del parque empresarial- ha optado por un PAI. Lo hace, además, con el empujón del Consell para que se tramite por vía de urgencia, «por razones de interés público», lo que, en la práctica, viene a reducir los plazos casi a la mitad. Con ello, aunque la cautela es total y absoluta por lo que toca a los plazos, de puertas hacia dentro se maneja ya el horizonte de finales de 2017 o, a más tardar, el año 2018.

Pimesa, en última instancia, ha optado por el PAI tras el estudio comparativo entre una figura y otra, tal y como se desprende de toda la documentación que ya ha remitido al Consell, y, en particular, del avance de planeamiento, con el que se abre el trámite de evaluación ambiental estratégica en la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente.

Es tal la celeridad que se le quiere dar al proceso, que incluso en la última semana de agosto la Generalitat aprovechó para elevar consultas a las administraciones y entidades implicadas, desde ministerios u otras consellerias, hasta a la Confederación Hidrográfica del Júcar, asociaciones de vecinos o colectivos ecologistas.

En cualquier caso, desde Pimesa detallan en esa misma memoria que el análisis de los principales requisitos de la ATE y del PAI pone en evidencia que los plazos son «relativamente similares». Ahora bien, admiten que, «con la actual coyuntura de política urbanística y territorial, es aconsejable ser conservador en esta materia, y apostar por la tramitación de un instrumento ordinario de planeamiento». Y ahí entra el PAI. Más vale ir sobre seguro. Ayuda, en este sentido, como se justifican, que Elche Parque Empresarial esté reconocido expresamente en la Estrategia Territorial de la Comunidad Valenciana como nodo de actividades económicas.

El propio concejal de Urbanismo, José Manuel Sánchez, se alinea, como es lógico, con ese planteamiento. «Al final, se ha optado por un PAI, porque si hay voluntad de trabajar conjuntamente con el Consell, y en este caso la hay, y de darle al proceso la máxima celeridad, no tenemos necesidad de acudir a figuras que se han visto devaluadas por utilizarlas de formas que no eran las adecuadas», sentencia. En este mismo sentido, pone el acento en que «la colaboración y la coordinación entre el Ayuntamiento, la Conselleria de Vivienda y Obras Públicas, y Medio Ambiente es total, y sobre todo la consellera María José Salvador está apoyando mucho».

De hecho, precisamente ese cambio de figura también ha permitido que, mientras que la ATE la habría tenido que tramitar la Conselleria de Economía -en manos de Rafa Climent, y, por tanto, liderada por Compromís-, el PAI se lleva por Urbanismo, área ésta en la que está al frente María José Salvador y el PSOE.

Afinidades o no al margen, no son los únicos cambios que lleva aparejado el cambio de figura. La ATE tendría que haberse justificado con Tempe, pero en el PAI basta con alegar la necesidad de suelo industrial sin entrar mucho en harina, y tampoco es necesario presentar el proyecto ya totalmente definido, sino que se pueden ir incorporando las recomendaciones que van aportando los distintos órganos implicados sin que eso ralentice en demasía el proceso.

Por eso mismo, la documentación que ya ha llegado a Valencia, obviamente, no hace referencia alguna a Tempe, aunque, eso sí, se habla de «posicionamientos empresariales por parte de determinados operadores económicos, que han planteado a la Corporación la necesidad de contar con nuevos suelos para poder optar a la ampliación de sus instalaciones, sugiriendo formatos de parcela de gran superficie para usos logísticos». No lo nombra, pero a nadie escapa que el gigante Tempe ha pedido más de 300.000 metros cuadrados en Elche, que se sumarían a los 150.000 que ya tiene en el parque empresarial, para implantar la que dicen que puede ser la mayor plataforma distribuidora de calzado de todo el mundo, al triplicar prácticamente las instalaciones con las que cuenta ahora.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats