«La Alacena agradece a todos sus amigos y clientes el trato y el cariño recibido en estos más de 20 años en Elche. Por motivos de salud, se hace imposible la continuidad del negocio, ya que en los últimos meses el alto ritmo de trabajo ha pasado factura a la dirección del establecimiento. Por otro lado, aclarar que todos los trabajadores han sido notificados de este hecho y queremos mostrar a toda la plantilla nuestro agradecimiento por el gran esfuerzo realizado durante tantos años. Agradecidos por vuestra confianza, la dirección de La Alacena».
De este modo, a través de una red social, La Alacena del Flare, uno de los restaurantes más conocidos de Elche, confirmaba en parte lo que el sindicato CC OO adelantó el pasado 19 de agosto. Según este sindicato, a través de una nota de prensa, aseguraba ya entonces que el propietario del mencionado restaurante «conocido empresario de la ciudad de Elche y expresidente del Elche CF, adeuda miles de euros a la plantilla», en clara alusión a Ramón Sánchez.
Un portavoz de los empleados aseguraba ayer que los trabajadores, doce, a los que, según insiste, la propiedad del restaurante les adeuda incluso tres meses de salarios, ya han empezado a recibir burofax, a través de los cuales se comunica a los empleados que se ha extinguido la actividad, se agradecen los servicios prestados, al tiempo que, al parecer, se señala que no pueden hacer frente a determinados pagos, pero que no pondrán obstáculo alguno a todo el papeleo que se precisa de cara a las prestaciones por desempleo.
Sin certificado de empresa
No obstante, según una voz autorizada en nombre de buena parte de los afectados, al acudir a la oficina de empleo se están encontrando con que la empresa no ha remitido cierta documentación imprescindible para poder tramitar las prestaciones por desempleo, como por ejemplo el certificado de empresa.
Asimismo, se apunta que la propiedad del restaurante ya cuenta con tres demandas: una por impago de salarios, otra por despido improcedente, y una tercera que es la que estaría impulsando la propia Inspección de Trabajo, según indica el portavoz de estos ya extrabajadores.
El caso es que el local ha tenido colgado estos días en sus lunas carteles anunciado que, tras las fiestas de agosto, se mantenía cerrado entre el 16 de agosto y el 5 de septiembre por vacaciones.
No obstante, ayer el local continuaba clausurado, con algunos de sus cristales tapados totalmente, pero con buena parte del equipamiento y mobiliario para atender a los comensales en su interior, además de los dos toldos sobre ruedas de su terraza.
«Nos dicen que la empresa tenía pérdidas y que nos van a pagar 20 días por año, pero no dicen nada de los salarios pendientes, que en algunos casos ascienden a más de 12.000 euros o más de tres meses de sueldo», manifestaba la misma fuente.
Marcha
Personal que ha estado trabajando estos últimos años en el restaurante añadía por otro lado que tienen conocimiento de que sobre el propietario pesan varias denuncias de anteriores empleados a los que, al parecer, tampoco se les abonó en su día el salario, por lo que decidieron marcharse ante este panorama.
Además, se agrega que en los últimos meses era continuo el ir y venir de personal que entraba a trabajar y que finalmente se marchaba ante lo que estaba ocurriendo con la gerencia.
El pasado 19 de agosto, el sindicato CC OO, en una nota hecha pública, no descartaba incluso que el propietario hubiera «huido con el dinero de la empresa».
El mencionado sindicato aseguraba que algunos empleados estuvieron incluso sin estar de alta en la Seguridad Social, «mientras que el resto era personal fijo a media jornada, a pesar de que trabajaban muchas más horas que la jornada completa».
Dinero que se cobraba en «b», jornadas interminables, «abuso y explotación laboral sistemática, de chantaje y maltrato al personal», son otras de las denuncias públicas que efectuó CC OO.
Este diario intentó ayer en varias ocasiones contactar con Ramón Sánchez, tal y como hizo el pasado 19 de agosto, para recoger su versión sobre estos hechos, pero sin éxito hasta la fecha.
