Enviar satélites al espacio en pequeños cohetes es la apuesta de la joven empresa española PLD, líder en Europa en el desarrollo de esta tecnología, que prevé su primer vuelo de pruebas en 2018 y ya posee una veintena de clientes interesados, que "generarían un beneficio de 45 millones de euros".

Así lo ha explicado en una entrevista el responsable de infraestructura industrial y cofundador de 'PLD Space', Raúl Verdú, quien ha indicado que estos ingenios de tamaño reducido están destinados al lanzamiento de cargas menores que en la actualidad viajan de manera secundaria en "cohetes gigantes".

A diferencia de los grandes cohetes, la propuesta de PLD es de naves de unos 20 metros de largo y un metro de diámetro, impulsadas por queroseno de aviación "porque es un material asequible y su capacidad de carga asciende a 150 kilogramos en órbita baja", ha especificado Verdú.

Los pequeños satélites al ser carga secundaria de los grandes lanzamientos, no tienen las mismas ventajas que la carga principal, lo que, con frecuencia, genera inconvenientes, algo que se puede solventar utilizando como impulsores cohetes de menor tamaño.

Según este ingeniero, las agencias espaciales -quienes más consumen estos servicios en el mundo-, pymes que apuestan por esta tecnología o universidades son sus principales clientes, pues "les cuesta mucho disponer de una oportunidad de vuelo".

'PLD Space' posee su cuartel general en el Parque Científico de la Universidad Miguel Hernández y cuenta con una instalación para los ensayos de motores en el aeropuerto de mantenimiento de aeronaves de Teruel, "un lugar despoblado y con garantías de seguridad".

La idea de crear 'PLD Space', que ya ha firmado un contrato con la Agencia Espacial Alemana para probar sus motores a través de un proyecto de la Comisión Europea, partió de dos estudiantes de la Universidad Politécnica de Valencia que decidieron en 2011 emprender en este área, "un nicho de mercado aún sin explotar sobre todo en el continente europeo".

"Nuestro hito más destacado hasta la fecha ha sido la puesta en marcha del motor del lanzador, la parte más crítica de un cohete", ha explicado Verdú, quien ha detallado que con su sistema el precio de puesta en órbita de un kilo de carga útil, sería de unos 35.000 euros.

En su opinión, uno de los usos más interesantes es la observación y el uso de los datos y, en este sentido, ha puesto como ejemplo la utilización que realiza 'Google Maps' a través de la actualización de fotografías de la Tierra.

Las telecomunicaciones son otro sector a tener en cuenta, ya que se puede mejorar una cobertura móvil dentro de un vuelo o en medio de la montaña.

"A pesar de que existen otras iniciativas similares, éstas aún se encuentran en una fase mucho más temprana que la nuestra y ninguna de ellas cuenta con el motor en funcionamiento", ha recalcado este ingeniero de 28 años.

Respecto a la financiación, ha explicado que recientemente el Gobierno de Aragón, a través de SUMA Teruel, ha sido una de las últimas instituciones que ha colaborado con una inversión de un millón de euros.

También han mostrado su apoyo económico el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial, el Instituto Valenciano de Finanzas, La Caixa y una serie de 'Business Angel' procedentes de diferentes lugares de España.

"Buscamos un total de ocho millones de euros, cinco de capital privado y tres público, donde este último ya ha sido alcanzado", ha señalado Verdú, quien ha añadido que están detrás de inversores industriales que apuesten por esta joven compañía, que ya sueña "con enviar misiones a la Luna"