La ruta del Palmeral se planteó como reclamo turístico reclamo turísticoy para poner en valor los huertos de palmeras y su particular distribución en la ciudad. El reconocimiento de la Unesco reconocimiento de la Unescopuso en alza estas plantaciones de hace siglos y por ello surgió la necesidad de conocer más acerca de ellas.
Este sendero comienza y finaliza en el Huerto de San Plácido, donde está emplazado el Museo del Palmeral. En su transcurso, se puede pasear por los caminos que unen los huertos que rodean el núcleo histórico de la ciudad hacia el sur. En estos dos kilómetros y medio se atraviesan varios huertos en los que se pueden observar los particulares sistemas de riego, las palmeras e información sobre curiosidades y el patrimonio de la Unesco en general.
Todo el planteamiento se desluce cuando se observa que en esta ruta aparecen basuras con más frecuencia de la deseada y de forma muy evidente. Si bien en el Huerto de San Plácido apenas aparecen unos pocos papeles en sus instalaciones, conforme el visitante se adentra en la ruta van creciendo las imperfecciones.
En este sentido, desde el huerto de San Plácido y pasando el Huerto del Cura se encuentra l'Hort del Sol, un espacio que era privado y pasó a ser de titularidad municipal, tras lo cual comenzó a recuperarse replantando palmeras jóvenes. En este huerto, desde los muros, se puede comprobar cómo los márgenes están repletos de restos de envases que la gente desecha.
En cuanto se entra por la puerta principal, el panorama de desperdicios en evidente. Latas de refrescos, e incluso bolsas de basura completas son parte del paisaje poco pintoresco.
Siguiendo el sendero, se puede atravesar un camino entre dos huertos. L'Hort de la Rogeta vuelve a mostrar carencia de mantenimiento. En la entrada se observan restos de cintas que prohibían la entrada por el tratamiento de los ejemplares con producto fitosanitario arrancadas. Aquí encontramos también más desperdicios y ejemplares con palmas secas y descuidadas.
El área que discurre por l'Hort de Sempere también presenta el mismo aspecto que sus dos emplazamientos vecinos.
En un área muy cercana a la ruta, ahora en obras, en la calle Escultor Capuz, se encuentra un camino con un margen lleno de palmas secas retiradas y que se acumulan en él. También se pueden ver algunos troncos secos y ropas y envases e incluso pilas que hacen del espacio un lugar poco salubre. Entre este goteo de desperfectos aparecen y caminan visitantes de la Ruta del Palmeral que se pueden llevar una mala impresión del lugar.
Un vecino de Elche que habitualmente sale a correr por esta ruta y considera que «debería ser un paraíso pero cuando paso por determinados huertos, me dan ganas de no pisarlos y dar la vuelta, sobre todo de noche, que no se sabe qué se puede pisar».
Esta ruta es parte también del trayecto que recorre el tren turístico de la ciudad, que recorren decenas de personas al día.
Botellones
Algunos de los lugares se han convertido en emplazamientos habituales para beber los días de fiesta. La prueba son las múltiples botellas de vidrio y plástico que abundan entre los desperdicios. Algunos vecinos de los barrios del palmeral histórico aseguran que es una práctica normal que la gente beba en la zona de l'Hort del Sol y también en l'Hort de Felip.
Otros también se quejan de la escasa atención a la limpieza en estos huertos cuando, aseguran, en el Huerto de San Plácido también se junta la gente para beber pero se limpia de manera exhaustiva.
Una vecina del Raval consideró positivo que se recuperen los huertos como lugares para que los ciudadanos disfruten como, afirmó, ocurre con l'Hort del Pastoret, donde se instaló un circuito para recorrer en bicicleta o para hacer ejercicio. También celebró la posible adaptación de l'Hort de Felip en huerto urbano para el cultivo para los vecinos. Pero cree que, a veces, los usos que se les dan a esa parte del patrimonio histórico no son cívicos y que el Ayuntamiento y los ciudadanos deberían poner más atención.
