El cantautor gallego presenta hoy en la Llotja de Elche, a las 21 horas, el trabajo que viene defendiendo desde hace un año, «Mi pequeña historia». El sexto disco de una carrera en la que, como tantos otros músicos, ha profundizado en un sentimiento igual de crudo que universal: el desamor. Lo hace con una banda con la que navegará desde terrenos más íntimos a más rockeros.
Andrés Suárez asegura que las historias que expone en sus canciones, cargadas de soledad o de amores poco afortunados, son totalmente reales. Se basan en cosas que le han sucedido. Eso no significa, dice, que todo lo que le ocurre sea malo. De hecho, disfruta de una trayectoria que le ha permitido llevar su música por toda España y por parte de Latinoamérica. También deja claro que tiene épocas buenas en el terreno sentimental, «aunque esos momentos me dedico más a hacer el amor que a componer canciones», subraya.
Dice que la música es una mujer. ¿Lo podría explicar?
Lo veo así porque desde que empecé en este mundo, hace 16 años, estoy profundamente enamorado de mi trabajo, de sus vaivenes, de sus curvas, ya que está repleto de inestabilidad y de dormir cada día en hoteles diferentes. La música es la droga más poderosa que he probado. Es una mujer porque tienes que estar perdidamente enamorado de ella para no bajarte del tren o pensar que te has equivocado de camino.
Las mujeres de las que habla en sus canciones son sobre todo exparejas. ¿Le han pedido alguna comisión tras sus éxitos?
De momento no, pero es cierto que todo lo que canto ocurrió. Hay mucho desamor, porque lo he conocido y lo he vivido. En la soledad y en la melancolía se componen grandes canciones. Decía Sabina que de esos momentos salen temas geniales. No obstante, también trato de escribir últimamente más de amor. Pienso que ya está la cosa lo suficientemente jodida como para sumarle cosas tristes.
El cantante Iván Ferreiro afirmaba que los músicos tienen que mentir un poco a la hora de hablar de ciertas penas en sus canciones porque «tu novia no te puede dejar diez veces».
Iván ha escrito una de las mejores frases que he escuchado en castellano: «El equilibrio es imposible». Los cantautores creo que tenemos que autogestionar nuestro dolor y dividirlo en fracciones de canciones de tres minutos. Quizá lo que nos toca es regodearnos en ciertas situaciones. En ocasiones hasta disfrutamos de ese dolor.
Los cantautores, según usted, han vuelto a ponerse de moda. ¿Hasta qué punto?
Me parece que vivimos una muy buena época. Sobre todo gracias a las redes sociales y a su poder de difusión. Solo tienes que ir a salas de Madrid como Galileo o Clamores y ver cómo se llenan con artistas que acaban de salir a la palestra. Los políticos se han cargado muchísimas cosas culturales en este país con sus decisiones pero la palabra no se puede matar. Te vas a México y te hablan de los cantautores de España con un cariño que ni te imaginas.
Colaboró con el rapero alicantino Nach en el tema «Tal como eres». ¿Por qué cree que conjugan tan bien ambos estilos musicales?
Porque al final ambos defendemos la palabra, que como he dicho antes no se puede destruir y solo unifica. Nach la utiliza de una manera maravillosa en su contexto y yo en el mío. Nuestros vínculos son el verbo, el sustantivo...
Y sus palabras, ¿hacia dónde le dirigirán tras esta gira?
Pues a parar un poco y a tomar conciencia de todo lo que me ha ocurrido. Después me plantearé un nuevo trabajo.
Espero que no le tengan que inspirar nuevos sufrimientos.
Por suerte, actualmente vivo un momento muy dulce.
