El cartagenero Francisco José Martínez lleva más de 18 años trabajando en la Conselleria de Medio Ambiente. Su última etapa al frente del Servicio de Caza y Pesca. Hace unos meses, decidió cambiar el mundo del aprovechamiento de los recursos naturales por el de la conservación de tres parques que le parecen únicos en la Comunidad Valenciana.
Únicos pero cargados de trabajo. ¿Cree que le será factible gestionar tres parques naturales al mismo tiempo?
No lo sé, no soy adivino pero le puedo asegurar que en el servicio de Caza y Pesca no íbamos cortos de trabajo. Tenemos que coordinar mejor y generar un gran equipo entre los funcionarios que hay en los parques, los que hay en la Dirección Territorial y los agentes medioambientales. Vengo de la administración valenciana, por lo que estoy bastante acostumbrado a sacarle el máximo rendimiento a lo que hay.
Lo que hay, de momento, parece poco ya que, desde que se inició la crisis, se han reducido considerablemente las plantillas en estos espacios naturales.
Sin duda, nos gustaría que los equipos fueran mucho mayores pero es algo que no depende de mí, sino de la marcha de la economía y de las decisiones políticas. Yo no me voy a poner a reivindicar nada, porque considero que no es mi papel. Yo soy técnico y mi función entiendo que se limita a ponerme a trabajar por el bien del parque.
Hacía años que los parques naturales estaban dirigidos por cargos de confianza y no por funcionarios de carrera. Su nombramiento y el de otros compañeros es, sin duda, un hecho histórico. ¿No cree?
Yo valoro mucho que se seleccionen a funcionarios de carrera para estos puestos. Creo que no hay nadie mejor que un técnico, tanto por la imparcialidad con la que informamos de los problemas del parque, sin ningún tipo de matiz político, como por la continuidad que podemos darle al proyecto, con independencia de cambios de gobierno.
Empecemos por el parque de El Hondo, que se encuentra en unas condiciones deprimentes con cartelas antiquísimas, falta de señalética que desorienta a los visitantes, etcétera.
Ya estoy redactando un informe con todas las carencias que existen. Quiero que haya una mejor coordinación tanto con el Servicio de Vida Silvestre como con la sección forestal. Así como potenciar una mayor implicación y diálogo con los propietarios. Que sepan sus derechos pero también sus obligaciones. Pero sobre todo generar un buen ambiente con ellos, para que rememos en las misma dirección. De momento, la Fundación de Biodiversidad pretende que dos fincas de este humedal sean adquiridas y pasen a manos de la administración pública.
Usted ha trabajado en zonas de Centroamérica y Sudamérica. ¿Importaría alguna idea para estos parques de los que hay en esas partes del mundo?
He estado dos años trabajando en universidades caribeñas y no creo que las cosas estén allí mucho mejor que aquí. En la parte sur de la provincia disponemos de parques en zonas húmedas, lo cual es un auténtico privilegio desde el punto de vista de la naturaleza. Tenemos áreas recreativas para el público en general, pero la gente que sabemos que se va a sentir más atraída es la que ama el mundo de las aves. Todo lo que introduzcamos tiene que ir en consonancia con los valores del parque, y con el respeto a su hábitat y a sus especies.
En Las Salinas de Santa Pola, por ejemplo, que la carretera nacional pase por mitad del parque no parece que respete mucho esos valores. ¿Piensa hacer algo al respecto?
Es obvio que eso genera atropellos de algunas especies pero no sé si después de tantos años voy a poder aportar una solución nueva, como introducir pasos o vallas. Además, aquí no solo entra el Consell, sino que es competencia también del Ministerio. Podemos retomar el tema pero también tenemos que ser realistas.
El Parque de Lagunas de La Mata y Torrevieja también cuenta con problemas geográficos, ya que está demasiado pegado a la zona residencial, lo que provoca que algunos ciudadanos agredan las zonas naturales.
Aquí hay que procurar que se cumplan las normativas al máximo tanto de una manera preventiva, avisando a través de las fuerzas del orden, como con infracciones directas. Aunque también hay que reunirse con las administraciones competentes y con las asociaciones de vecinos.
Sobrevuela la posibilidad de que también se tenga que hacer cargo del futuro parque natural de Sierra Escalona, que de momento se encuentra en un estado muy primigenio.
Por ahora transciende de mis competencias. Será el Consell el que tenga que dar luz verde a esa operación. Si dependiera de mí ese parque, yo apostaría por generar una normativa específica, dialogada con los propietarios, que luego se tenga que cumplir a rajatabla. Quizá reincido demasiado en lo de las normas pero en mi opinión, en todo lo que tiene que ver con los parques naturales, es igual de importante que no se cometan infracciones como que lleguen las aportaciones suficientes desde las arcas públicas.
