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Las asociaciones de vecinos critican la escasez de medios para su funcionamiento

La poca participación vecinal o la falta de recursos son algunas de sus quejas

Las asociaciones de vecinos critican la escasez de medios para su funcionamiento

Las asociaciones de vecinos carecen de medios para realizar actividades en los barrios. Ya sea por la falta de recursos económicos o de vecinos que los apoyen, una gran parte del movimiento vecinal ha mostrado su descontento por la situación que atraviesan.

Esta semana, el Ayuntamiento de Elche anunció cuántas asociaciones optaron por solicitar la línea de subvenciones de la Concejalía de Participación para realizar actividades en los barrios. En total se repartirán 12.000 euros con un máximo de 1.500 euros por cada grupo solicitante. Felip Sánchez, concejal del área, expuso que han recibido 13 solicitudes de asociaciones que han decidido optar por la ayuda económica.

Entre ellas está la Federación de Vecinos Dama d'Elx, que ha propuesto crear una jornada de convivencia entre asociaciones el próximo octubre. Planean una paella gigante, concursos de tapas, la pintura de un mural, además de una asamblea abierta a todos los vecinos para que hagan propuestas. Están a la espera de que les concedan la subvención para poder realizarla.

La asociación de vecinos Raval Nou también ha optado por esta ayuda y, de ser concedida, la destinarán a un proyecto de formación, consistente en varias charlas, conferencias y talleres informativos y formativos para analizar la situación del barrio. Desde el área de Participación están constituyendo una comisión para valorar las propuestas de cada asociación y, probablemente, la semana que viene se reúnan para definir los detalles de las subvenciones.

Pero no todas las asociaciones han optado por solicitar esta ayuda económica. Desde la asociación de vecinos Ciudad Deportiva Universitaria de Altabix, su presidenta, Almudena Guijarrro, comenta que considera muy positiva la iniciativa del área de Participación, pero que la situación de su agrupación vecinal no le permite optar por realizar ninguna actividad.

Guijarro lamenta que los vecinos del barrio no se impliquen en las actividades que se promueven y que, por ello, «no veo ningún sentido a presentar un proyecto en un barrio que carece de participación vecinal». La representante se queja de que habita en un barrio cómodo en el que los vecinos «ni siquiera se han movido por su instituto».

Asegura que el movimiento vecinal ha perdido fuerza y que, tras cuatro años al frente de la asociación, se siente agotada por ver que no hay respuesta de los residentes. Y añade «El sentido de la agrupación es hacer de puente entre el barrio y el Ayuntamiento y que nazca el sentimiento de pertenencia a un grupo. Si no están esos dos pilares no tienen mucho sentido el trabajo realizado».

Dinero a posteriori

El problema económico es otro de los que preocupan a Almudena Guijarro. Y es que las subvenciones a las que se pueden optar desde el Ayuntamiento son abonadas a posteriori. Es decir, el dinero llega después de que se haya realizado el gasto, aportando las pruebas y facturas. «¿De dónde saco el dinero previo para realizar las actividades si no tenemos fondos?», se pregunta Guijarro. Las asociaciones vecinales en Elche no suelen contar con un gran remanente en sus arcas.

El presidente de la asociación de vecinos de Torrellano, Jerónimo Bretones, confiesa que tampoco optaron por la subvención porque no veían claro el tener que adelantar el dinero y justificar gastos después sin tener la garantía de que les devuelvan el dinero. Bretones asegura que la situación de su grupo es precaria y que «ponemos de nuestro bolsillo los gastos que acarrea, no tenemos ni un céntimo».

Salvador Mateo es el presidente de la asociación de vecinos 1 de mayo en Carrús. Denuncia que en 2015 presentaron ante el área de Bienestar Social un proyecto para tener un aula de informática, acompañamiento de ancianos y otras actividades de convivencia en un barrio con un 35% de población inmigrante. El Ayuntamiento les otorgó 150 euros para la tarea. Mateo asegura que devolvieron ese dinero y que les enfadó ver que no se había valorado la magnitud del proyecto, atribuyendo la escasa retribución a que no se ajustaban a criterios técnicos. Este año no pidieron la subvención porque creen que recibirán lo mismo.

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