Hubo quien, tras el parricidio en Elcheparricidio, aseguraba que esto se veía venir. Vecinos de la zona relataban que las discusiones eran frecuentes cada vez que el hijo ­-que vivía en otra casa distinta a la de sus progenitores- iba al piso de sus padres, en el Paseo de Germanías, que había gritos de por medio, y que en varias ocasiones tuvo que ir la Policía hasta el lugar.

Sea como sea, fuentes de la investigación confirmaban por la tarde que el hombre de 50 años que por la mañana había matado a su padre en El Pla tenía antecedentes por violencia de género y también antecedentes por amenazas a sus padres. No sólo eso, parece que se habían dado varias intervenciones policiales por problemas vecinales. Uno de los últimos avisos, sin ir más lejos, fue hace ahora un mes.

De hecho, estas mismas fuentes apuntaron que hace unos años fue condenado en juicio por maltrato a la que era su pareja estable en aquel momento, y que hasta se enfrentó a localizaciones permanentes por esto mismo.

El hombre de 50 años, al parecer, vivía a unas calles de sus padres, tenía una enfermedad mental diagnosticada y estaba sujeto a medicación, aunque fuentes consultadas por este periódico coincidían en que no se quería tomar los fármacos que le recetaban, en este caso unas inyecciones, lo que pudo agravar su situación.

Desde Psicólogos Sin Fronteras Alicante, que, de hecho, fue el colectivo que atendió a la madre y a su cuñado, su presidenta, Teresa Marín, puso el acento en la importancia de que las personas que padecen algún tipo de enfermedad mental sigan al pie de la letras las prescripciones médicas, con el fin de que puedan llevar una vida con normalidad.

En cualquier caso, lo cierto es que este triste suceso conmocionó a todos los vecinos de la zona, y fueron muchos los que no podían reprimir las lágrimas cuando relataban lo sucedido, sobre todo al pensar que había sido la madre y esposa de los fallecidos la que se había encontrado con la lamentable escena.