La Sociedad Agraria de Transformación San Enrique celebró ayer su asamblea en la que aprobó por unanimidad el inicio de los procedimientos administrativos necesarios para terminar la última fase de modernización de sus los regadíos .

Este paso supone llevar el agua «por tubería y por contador a pie de las parcelas» tal y como explicó el presidente de la entidad, Ángel Urbina. El proyecto necesita una inversión de dos millones y medio de euros, aproximadamente, y se acometería en un plazo de entre dos y tres años, por lo que para el 2018 habrá parcelas que puedan tener agua del Júcar en su casa, según calculan.

En este caso, los beneficiados serían los 600 comuneros de la zona norte de Elche, en la margen derecha del Vinalopó, lo que incluye partidas como la de Carrús y Peña de Las Águilas, con plantaciones de naranjos, hortalizas e invernaderos, entre otros cultivos.

«El objetivo es llevar el agua del Júcar a la parcela de cada regante. Por tuberías de presión y con contador», apuntó el responsable de la SAT San Enrique.

El disponer de esta infraestructura dotará a los agricultores de «una eficacia tremenda», señaló Urbina. «Las infraestructuras son un poco antiguas y, de llevar el agua por acequias o tuberías antiguas, a pasar a hacerlo con la nueva infraestructura, con tuberías de presión que permiten que el regante pague realmente por el agua que consume, habrá mucha ventaja. Ahora mismo paga lo que pide y suele haber alguna merma. Además, la gente regará cuando quiera y todo estará controlado por ordenador», añadió el responsable.

La aprobación de esta segunda y definitiva fase de modernización del sistema de riego supone un hecho histórico y significativo para la entidad de regantes. Así, como recuerda el presidente de la SAT San Enrique, «es la guinda a muchos años de lucha, que empezó un 27 de mayo de 1420 cuando el Concejo municipal de la villa de Elche pidió agua del Júcar para traerla a la localidad. Ahora, que estemos a punto de llevar agua a cada contador es una satisfacción».

La modernización se inició en en el año 2007, con una primera fase en la que se comenzó a conectar las tuberías estropeadas con otras de presión y se creó el embalse José Ramón García Antón, terminado en el año 2009. Después se acometió la estación de filtrado, terminada en 2011.

«Llevamos 9 años de mucha pelea que terminará en dos o tres años», expresó el presidente.

Urbina señaló que para obtener la financiación necesaria existen dos posibilidades. Por un lado, hacerlo a través de la Sociedad Estatal de Infraestructuras Agrarias (SEIASA). La otra alternativa es que se encargue la propia SAT San Enrique. La entidad tiene que valorar las opciones y decidir en unos quince días qué vía tomar.

Por otro lado, los asistentes también aprobaron por unanimidad solicitar una póliza de crédito de 6.000 euros destinada a pagar el agua llegada del Júcar-Vinalopó.

Además, los regantes aprobaron la incorporación de la SAT San Enrique a la Federación de Regantes de la Comunidad Valenciana.

Por último, en la asamblea se abordaron temas sobre la reserva de agua, y se valoró positivamente la situación actual de los embalses, que se espera que les permita pasar el verano en buenas condiciones. «Tenemos los embalses llenos de agua del Júcar», explicó Urbina.