Los vecinos de Arenales se reunieron ayer de manera espontánea para pedir información y mostrar su preocupación y descontento con la paralización de las obras del hotel.

Así, lo que iba a ser un encuentro únicamente entre el pedáneo, Alejandro García, y la junta de gobierno de la Asociación de Vecinos de Arenales del Sol se transformó, de manera improvisada, en una asamblea vecinal que contó con la presencia de casi cien residentes.

En ella, los vecinos acordaron realizar concentraciones el próximo mes si las obras no se reanudan y han fijado el domingo 3 de julio, como fecha de la protesta, que se realizará frente al hotel. «Si es necesario movilizarnos, nos movilizaremos,... todas las semanas si hace falta, hasta que las administraciones se conciencien y busquen el mal menor», apuntó el presidente de la Asociación de Vecinos, Fernando Cano.

«Si la solución que ven es paralizar la obra y dejarlo así otros cuarenta años, eso no es lo que quieren los vecinos. Los residentes acogieron con optimismo las obras y ahora no quieren que esto vuelva a estar parado», señaló el responsable de la asociación.

No obstante, el primer paso a emprender es obtener información, según apuntaron. Por ello ya han solicitado una reunión con el concejal de Urbanismo para que explique la posición del Ayuntamiento. Además, también quieren conocer la postura de Costas y de la empresa del hotel.

Fernando Cano, expresó que lo primero que necesitan es información para tener claro los pasos a seguir. «Sabemos que Costas ha paralizado la obras, pero no si se trata de una paralización definitiva o si están a la espera de alguna reparación. No hemos leído el informe. Parece que hay alguna remodelación que no debería haberse hecho, pero los vecinos confiamos en que esto no se solucione con una paralización definitiva. Si es verdad que han incumplido el pliego o alguna normativa, entendemos que debería haber una sanción, pero ya no se puede restituir lo que había».

Y es que, según destaca el responsable vecinal, los residentes estaban «muy ilusionados» con el pronóstico que se vislumbraba con el hotel en la pedanía, al considerar que con ello se pondría fin a algunas reivindicaciones de servicios, equipamiento o infraestructuras ya casi históricas. Y a ello se uniría el impulso a la actividad comercial.

En este sentido, Cano explica que se producirían mejoras en el transporte, «en especial una mejor comunicación tanto con Elche como con Alicante». Además, «tenemos una parada de taxis que está siempre vacía porque al taxista no le interesa. Con el hotel habría más vida y mejores dotaciones. Y eso influiría tanto a la persona que viene un día a la playa, como a los que tienen su segunda residencia. El hotel iba a ser un revulsivo para Arenales», expresó Cano.

En el mismo sentido, el pedáneo de Arenales, que recogió el sentir de los residentes en el área, explicó que los vecinos consideran que el hotel les llevaría los servicios que les faltan. «Cosas como un centro social o cajeros automáticos vendrían por sí solos con la actividad que generaría el establecimiento hotelero». En Arenales hay censadas 1.960 personas, aunque las cifra real de residentes de todo el año se estima entre 3.000 y 5.000 personas, según datos aportados a raíz del consumo de luz y agua, tal y como señala García. «Todos deben ir a sacar dinero a Gran Alacant, ya que es el sitio más cercano, pero los comerciantes se quejan de que después quienes se desplazan se quedan allí», apuntó Alejandro García. Por ello los vecinos y comerciantes están unidos en sus reivindicaciones.