El equipo técnico que está al frente de las obras del hotel de Arenales del Sol ya ha empezado a mover ficha, no sólo ante Costas, sino también ante el Ayuntamiento de Elche, y lo ha hecho después de que el Gobierno central decretara el lunes la paralización de los trabajos, alegando que la empresa se había excedido de las autorizaciones, y que se había procedido a la demolición de determinadas partes para las que no constaba permiso. Ante ello, el responsable del equipo técnico sostiene que sí, que se han derribado determinadas partes, pero porque en el transcurso de los trabajos se han encontrado con situaciones de colapso, y, para garantizar la seguridad de los obreros, no han tenido más remedio que proceder a un saneado parcial de la estructura, dejando sólo en pie lo que podían controlar. No sólo eso. Otras partes, como asegura, simplemente se han venido abajo por el mal estado en el que se encuentra el edificio.

«En todo momento se ha mantenido la volumetría y la superficie, y nunca hemos intentado ocultar nada. Hemos dejado entrar a la obra a todo aquel que nos lo ha pedido, porque no tenemos nada que esconder. El problema es que hay pilares de uralita que la ley no permite y que hay que sustituir, y a eso se suma que el hotel se sustenta en muros de ladrillo, que la ley tampoco lo permite. Por eso, hemos tenido que ir quitando muros y poniendo hormigón y acero. ¿Qué podíamos hacer?», plantea Regalado.

Mientras tanto, los trabajadores que siguen en la obra en estos momentos se cuentan con la palma de una mano, y, según sostienen desde la UTE y desde el equipo técnico, ya sólo se están dedicando a retirar los materiales. También se mantendrá, al menos por ahora, la seguridad en los alrededores del hotel, y el bombeo, para que el sótano no se anegue y descalce las cimentaciones, lo que provocaría colapsos adicionales.

Esta situación llega después de que Costas notificara a principios de semana la apertura de un expediente sancionador y paralizara las obras sine die, de forma cautelar. Argumenta el Gobierno central que, durante los trabajos, se ha procedido a la demolición de determinadas partes del edificio, pese a que la autorización era única y exclusivamente para la rehabilitación. En cualquier caso, desde la UTE y el equipo técnico siempre han mantenido que todo se ha hecho cumpliendo la legalidad.

En principio, la hoja de ruta marcaba que el hotel, de cuatro estrellas y un centenar de habitaciones, podría volver a abrir sus puertas el próximo verano. Así se publicita en la tela que cubre la fachada principal del edificio. Ahora esa fecha, sin embargo, parece más lejana.