Los muros de la básilica de Santa María se preparan para acoger una nueva joya para el patrimonio ilicitano. Un retablo personalizado con motivos de la ciudad que se instalará en la capilla de San Juan, como uno de los pocos frescos que decoran el templo de La Festa.

Vicente Esparza ha sido el encargado de dar forma una obra que le ha llevado un año y medio de trabajo en su estudio de Biar. Desde allí, el artista ha descubierto con mayor profundidad los dos Patrimonios de la Humanidad de la ciudad, los entresijos del arte religioso y el romanticismo de unos trazos que le recuerdan a una epoca lejana, al Siglo de Oro de la pintura.

Así, siguiendo el cometido propuesto por la basílica y el Patronato del Misteri, nueve lienzos, enlazados como si se tratara de un puzzle y con unas dimensiones próximas a los veinte metros cuadrados, reflejarán fragmentos del drama sacrolírico, como la asunción de la Virgen, los apóstoles y el Gloria.

Además, el retablo hace un homenaje a los santos más representativos del siglo XX, como los Papas Juan XXIII y Juan Pablo II. La obra incluye también la figura de Maximiliano Cove, mártir de la Segunda Guerra Mundial, que murió en un campo de exterminio nazi, además de retratar a la misionera Teresa de Calcuta. Una panorámica de Elche, con Santa María como principal protagonista, su casco antiguo y una parte de El Palmeral, cierran la zona inferior del espectacular óleo, con la céntrica imagen de San Juan.

De esta manera, aunque Esparza no se considera un pintor colorista, este nuevo encargo, que rompe con su tradicional estilo,sí que contiene tonalidades llamativas que despertarán la atención en la basílica de Santa María.

Con una dilatada carrera profesional de 40 años, el artista se ha enfrentado a todo un reto para hacer este conjunto de lienzos de una temática muy diferente a la que sus pinceles están acostumbrados. Especialista en obra figurativa y con exposiciones por todo el territorio español, el maestro del arte plástico ya creó hace dos años un retablo para todo el frontal de la iglesia de Pilar de la Horadada. Fue a partir de ese trabajo cuando le hicieron el encargo para la capilla de San Juan de la basílica ilicitana.

«He entrado en un campo nuevo y he descubierto un mundo que me atrae y que me recuerda al trabajo que hacían los pintores de los siglos XV, XVI y XVII», confiesa Vicente Esparza.

Ahora, con el proyecto casi a punto de ver la luz, el pintor de Biar está centrado en los últimos detalles y espera que en dos semanas puedan comenzar los trabajos de instalación de la que será una auténtica obra de altura para Elche.